Murcia

Superpoblados por Idoia Arbillaga

La Razón
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La excepcional novela de Jonathan Franzen, «Libertad», es ya tenida como la mejor novela de principios del s.XXI, opinión ésta de la crítica norteamericana que subscribo con viveza y pasión literaria. Bien, entre las llamativas ideas que exponen sus personajes, sobresalen las catastróficas y funestas consecuencias de la superpoblación. La reflexión adelanta el ya casi irremediable fin de la especie. Sólo tenemos un planeta, una Tierra que exprimimos: ya estamos pulverizando su ozono, su aire, aniquilando especies, contaminando su mar, destruyendo ecosistemas, destruyendo todo. El expolio se consuma por las necesidades de una única especie, la humana, que se reproduce sin juicio, pues somos casi 15 millones más cada mes. ¡A este ritmo, perderemos la mitad de las especies en 100 años! Nos hallamos ante la mayor extinción masiva desde el cretácico-terciario. El propósito de la vida es la vida, tener hijos, procrear. Pero lo que es un gozo en el plano individual humano, VIDA, para la totalidad del planeta significa muerte. Las drásticas consecuencias son inminentes, la infausta visión, desoladora, estamos destruyendo todos los ecosistemas. ¡¡¡¡¡En 1800 éramos unos 900 millones de habitantes, hoy ya somos 6800 millones, en sólo 2 siglos!!!! Anhelamos el crecimiento, la tasa de natalidad alta para que más trabajen y produzcan… Pero que produzcan: ¡¿Qué?! Si ya no hay apenas nada que sacar. Los recursos agotados. Somos bocas febrilmente abiertas y queremos más petróleo; más agua dulce; más animales y plantas alterados genéticamente; más minerales, hierro, oro; más, más, más… Aciago virus somos, terrorífica especie la nuestra. Es para pensarlo. Tengo miedo.