Resaca por Lucas Haurie

La Copa Davis es un prodigio que multiplica los millones de euros: treinta era al principio la repercusión directa de la final en la ciudad organizadora que devinieron en cincuenta al rato de ganar Nadal el cuarto partido. ¿No será que la Ensaladera de Plata estaba llena de absenta y los calculadores oficiales sufrieron alucinaciones? La anterior Corporación también sacó pecho financiero con los informes posteriores a la salida de la Vuelta a España pero más allá de las cifras lanzadas al viento, y de su imposible comprobación, cualquier economista sabe que no se revierte una crisis a golpe de parche. Otra cosa es la mercadotecnia política asociada al evento y el refuerzo de la imagen del PP a costa de la Junta de Andalucía y de su presidente, que se empeña en entregar la mayoría absoluta del último bastión de poder socialista. Ése sí ha sido un triunfazo tan rotundo como el de la selección española y es tarea de los puntillosos el discutir la licitud de emplear los recursos públicos para decantar las lides partidarias. El PSOE lleva haciéndolo toda la vida pero uno, sinceramente, esperaba más comedimiento en los sucesores. Han heredado el cortijo; seguimos de palmeros aunque los señoritos sean otros.