Brasil

No hay crisis en el lujo

La Razón
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Suena hasta mal decirlo, pero resulta que las marcas de lujo están entre las que mejor están pasando la crisis, con crecimientos por encima del 10% en 2010 y lo que llevamos de 2011. Eso asegura el estudio «Luxury Goods Worldwide Market Study» de Bain & Company y publicado por MarketingNews.es, que analiza el mercado y los resultados financieros de 230 marcas y compañías de artículos de lujo de todo el mundo.

En conjunto, este año las marcas de lujo venderán 191.000 millones de euros en ropa, accesorios, marroquinería, zapatos, joyas, relojes, perfumes y cosmética. Y sus ventas crecen tanto en la Europa azotada por la crisis como en el Japón que aún sufre las consecuencias del terremoto, pero sobre todo destacan en los llamados mercados emergentes: en China aumentan un 25%, en Brasil el 20%, y en Oriente Medio un 12%. El 80% de las 230 marcas analizadas han crecido en 2011, y un 20% han logrado aumentos superiores al 20%. Los datos son positivos en todas las categorías de productos de lujo: este año las ventas de joyas y relojes están creciendo un espectacular 18%; la ropa, el 8%; los perfumes y cosméticos, un 3%; y los zapatos y artículos de piel crecerán un 13%, pues «normalmente este tipo de artículos son los que eligen los consumidores cuando se inician en el mundo del lujo».

Más allá de la evidente existencia de consumidores que no se ven tan afectados por la crisis y pueden comprarse productos a precios inalcanzables para la mayoría, el estudio es toda una demostración del creciente valor de las marcas, y que tiene su máxima expresión en las de artículos de lujo. Son las que mayor valor añadido tienen, pues el consumidor sabe que está pagando un alto precio no sólo por la calidad del producto sino, sobre todo, por su exclusividad y «aspiracionalidad». Algo que saben explotar muchas marcas con lo que se denomina «la democratización del lujo», poniendo al alcance de las clases medias algunos productos con su marca. Y la lección resulta clara sobre la enorme eficacia de la publicidad incluso, o aún más que nunca, en épocas de crisis, cuando los mayores crecimientos parecen estar en los extremos: en las marcas «baratas» que ofrecen los productos necesarios o funcionales a precios reducidos; y en las marcas lujosas que no tienen nada que ver con las necesidades sino con la pretensión de estatus, con la imagen idealizada que se pretende transmitir socialmente.