«A misses dites» por Carles NAVALES

La cosa está en saber si iremos a votar antes o después de Misa; sí, la que oficiará el Papa de Roma el 7 de noviembre en Barcelona. Ese es el dilema, tras revelar el presidente Montilla, ayer en LA RAZÓN, su confidencia al Nuncio de que no habrán elecciones en la visita papal. El nuestro es un presidente educado, que acompañará con agrado al jefe de Estado del Vaticano cuando lo aconseje el protocolo.

Si descartamos, hay que excluir se convoquen para septiembre, mes con dos acontecimientos de alcance: el día 11, que este año será una soflama nacionalista, y el 29, con una huelga contra el Gobierno socialista cuya estela tardará en diluirse.

Así las cosas, las elecciones sólo pueden ser dos semanas antes o dos después de la gran Misa: el 24 de octubre, con el Papa en camino, o el 21 de noviembre, décimo aniversario del asesinato de Ernest Lluch (el crimen fue el día 20). Esta última quizá sea la fecha más apetitosa para el presidente catalán, pues estará en todo su apogeo el debate de los presupuestos del Estado, que no creo equivocarme si digo que se tratará del primer ensayo general para la gran alianza entre CiU y el PP para acabar con ZP y gobernar Cataluña y España, respectivamente. Será, ésta, una misa concelebrada por Rajoy y Duran, la única duda por despejar es si ERC y ICV oficiarán de monaguillos.