Actualidad
Soderbergh una de acción «indie»
«Indomable» sigue el rastro por medio mundo de una experta en artes marciales alrededor de la que se teje una red de intrigas. Gina Carano, ex luchadora real, y Antonio Banderas hablan en esta entrevista de sus personajes y su relación con el cineasta
Gina Carano es Ma- llory Kane, una espía de músculos de acero que sabe hacer llaves que ni Bruce Lee habría sospechado que existían. Antonio Banderas es Rodrigo, un hombre de negocios con doble fondo. Una es cabeza de león y el otro cola de ratón en el nuevo experimento de Steven Soderbergh, «Indomable», una extravagante cinta de acción que cruza medio mundo para dibujar una compleja red de intrigas y traiciones para machacar a la mujer que machaca hombres.
-¿Qué le pasó por la cabeza cuando recibió la llamada de Soderbergh?
-Gina Carano: Ni siquiera sabía quién era Soderbergh cuando mi agente me llamó y me dijo que quería conocerme. No estaba muy presentable que digamos: acababa de perder una pelea que me había dejado con un ojo morado. Pero vi «Traffic» y pensé: ¿por qué no?
-¿Es Soderbergh un cineasta de instrucciones férreas?
-G.N.: Es muy tranquilo y sarcástico. No me agobió con demasiadas directrices. De hecho, quería que fuera lo más natural posible.
-Antonio Banderas: Es impresionante contemplar a una persona que parece tenerlo todo bajo control, que rueda tan rápido, que puede hacerse cargo de solventar cualquier problema y que se atreve a filmar una película de acción sin apenas iluminarla… En cierto modo, me recuerda a Robert Rodriguez, pero en su versión más tímida. Su cine puede parecer frío, distante, pero él es cálido con los actores. Eso sí, si haces bien tu trabajo, se limita a pasar a la siguiente escena. Es como Woody. Lo que no significa que, si no has acertado a darle lo que te pedía, pueda obligarte a hacer cuarenta tomas… Steven es lo contrario a Almodóvar, que te dice hasta cuando tienes que arquear la ceja.
-La lucha cuerpo a cuerpo parece un trabajo cuanto menos inusual para una estudiante de Psicología de 21 años. ¿Qué la hizo consagrarse a un deporte habitualmente masculino?
-G.N.: Empecé a dedicarme a las artes marciales en la universidad, cuando un chico con el que salía me dijo que me sobraban unos kilos. Al día siguiente fui al gimnasio: fue como tener una revelación. De repente encontré una razón para levantarme por las mañanas. Comencé a confiar en mí, a respetar mi cuerpo y el de los demás.
-¿Qué piensa de las actrices célebres que insisten en no tener dobles en las escenas de acción? ¿Las considera unas advenedizas?
-G.N.: En absoluto. Mira a Angelina Jolie. Es una actriz fantástica, guapísima, y se ha pasado media carrera entrenándose para ser una buena heroína de acción. Es admirable. Respeto a la gente que no tiene por qué hacer algo y lo hace.
-«Indomable» tiene cierto sabor «vintage». Como si fuera un filme de otro tiempo, algo desubicado en el contexto del cine de género contemporáneo. ¿Les habló Soderbergh de sus referencias?
-A. B.: Hablamos de películas de acción de los sesenta y setenta, como «Bullit» o «A quemarropa», el cine de John Frankenheimer, también filmes de Bruce Lee… Un cine de estructuras narrativas complejas y a la vez con escenas muy impactantes. Un cine donde la acción es presentada de una forma muy limpia y esquemática, nada que ver con el de gran presupuesto ni con los efectos digitales. Steven no paraba de recordarnos que estábamos trabajando en una película independiente.
-Da la impresión de que construye sus personajes de una forma muy orgánica. No sé si trabajar en un idioma que no es el suyo fomenta este método de acercamiento a la interpretación...
-A. B.: El idioma te lleva a lugares muy físicos. Es como la barba de mi personaje: te impone un determinado lenguaje corporal. Todo son máscaras. Incluso siendo un personaje que en muchas escenas permanece en un segundo plano, le da un aire sombrío, denso, oscuro, que se nota. Steven lo intuyó desde el primer momento: me llamó cuando estaba ensayando el musical de «Zorba, el griego», y me dijo que quería que llevara esa barba para la película. ¡Cosa que a mi mujer no le hizo ninguna gracia!
-Tengo entendido que su personaje se transformó por completo en el proceso de montaje...
-A.B.: Soderbergh es como un músico de jazz. Te demuestra que una película nunca está acabada del todo, que en cualquier momento puede cambiar radicalmente. Y eso ocurrió con mi personaje: en la sala de edición, descubrió que podía ser distinto, contradecir lo que estaba escrito en el guión. Y meses después de acabar el rodaje, me llamó para filmar la última secuencia de la película, que fue completamente improvisada.
-Cuando promocionaba «La piel que habito» habló de que esa película afectaría sus decisiones como actor. ¿«Indomable» representa esta nueva fase de su carrera?
-A.B.: Creo que tomó un rumbo diferente hace unos tres años. Coincidió con un momento de trabajo frenético, y me dije que quizá tenía que cambiar de chip. Ahora no me importa interpretar secundarios si el director me interesa. Y he trabajado para Woody, Steven, Pedro, Anaud, y ahora espero hacerlo con Saura.
McConaughey, el «stripper»
Al reclamo o la llamada de Steven Soderbergh los actores acuden como las abejas a la miel. Matthew McConaughey también. El actor, con una carrera que no acaba de despegar y tras varios filmes menores, vuelve al primer plano, ya que el director ha optado por incluirle en su nuevo trabajo, que significa un giro en su filmografía, ya que narrará las andanzas de un grupo de «strippers» y que está basada en la vida del también actor Tatum Channing, quien en sus años de juventud se dedicó al oficio, en lo que significará la vuelta de quien fuera novio de Penélope Cruz a la pantalla. Según McConaughey , durante el rodaje de «Magic Mike» «nos hemos reído bastante y también nos quedamos muy ligeros de ropa, pero quien espere un desnudo frontal, mejor que se quede en casa», comenta, a la vista de la expectación levantada.
El detalle
MUJERES DE ARMAS TOMAR
No son sólo ellos quienes empuñan armas o reparten mamporros. Ellas no se quedan atrás y Hollywood ha sabido explotar el filón de las mujeres que van dando guerra. Angelina Jolie, antes de convertirse en una de las actrices más glamourosas sobre la pasarela, apuntaba con un rifle sin errar el tiro en «Sr. y Sra. Smith» (2005), sobre una pareja de asesinos a sueldo en la que el uno desconocía la identidad del otro. Pitt era su oponente. A pesar de las gafas que luce en la imagen inferior, se le adivina una mirada desafiante. Tampoco tiene cara de buenos amigos Demi Moore: la actriz optó por raparse la cabeza para endurecer su imagen y dar más caracter a su personaje de Jordan en «La teniente O'Neill» (1997), en la que encarnó a la primera candidata para ingresar en la unidad de élite de la Marina de los EE UU ( en el centro). La saga de «Nikita» abrió un filón también para las féminas duras (y para las series de TV, que adaptaron al personaje en 2010) a principios de los 90. Con el subtítulo de «Dura de matar», imagínense con qué artes trabajaría como sicaria para el gobierno francés (arriba).
✕
Accede a tu cuenta para comentar