Libros

Santander

Brianda Siruela admira la valentía de su abuela Cayetana

Eloy Azorín prepara serie nueva con Amaia Salamanca
Eloy Azorín prepara serie nueva con Amaia Salamancalarazon

Fue curiosa la coincidencia de dos mundos opuestos. También se diferencian en posturas y apreciaciones: mientras Brianda Siruela, de 27 años y bagaje internacional, reconoce que «no está entre mis ambiciones desfilar para Cibeles», el sobrino-nieto de Paco Rabanne, Daniel, tiene enfilado su objetivo en la pasarela madrileña donde se eterniza la incansable Cuca Solano. Es inasequible al desaliento, quizá porque actualmente repone fuerzas en Nerja, vecina de Ruiz Gallardón. Mar Utrera ya tiene a punto las vacaciones del alcalde madrileño, que no disfrutará de «la playa» aportada con poca agua por el municipio al verano mesetario.

¡Aquí no hay playa! Algo que caracterizó la cita del famoseo infrecuente en el «National Geographic» de Gran Vía, visitado por el turismo japonés a la caza y captura de Loewes. Parece un escenario para Indiana Jones tras cuya improvisada barra Darío Barrio incentivaba con su esposa Itziar. Es muy estilosa tras siete años con el cocinero de la sonrisa perfecta –Amparo Pamplona soñaba con inminentes vacaciones ampurdanesas– al igual que su hija Laura, que cantó a dúo con su marido Pedro Barceló. Todo eran atractivos. Incluido el encaje de la exquisita Ana Fernández, que tiene sus cuarenta apenas aparentados. Los remarcaba ante un Eloy Azorín con camiseta bajo chaqué de esmoquin con solapa de raso.

«El martes, en Santander, empezamos a rodar una serie de trece capítulos titulada "Gran Hotel", nada que ver con la novela de Vicki Baum. De ahí mi bigote para acentuar el aire novecentista. Amaia Salamanca y Concha Velasco, como directora del centro balneario, son las protagonistas. Aún me quedan varios capítulos de "Tierra de gavilanes"», contó a una Ana enfundada en negro. Casi engalanada contrastó con la personalísima Brianda Siruela, con un traje muy «vintage». «Para nada tengo la mira en Cibeles, lo mío es diferente», sólo había que comprobarlo ante su larga melena negra.

«Sin parecerte en nada, tu vestimenta me recuerda a la de tu abuela Cayetana», dije. «Es una mujer personalísima. La adoro y admiro un montón. Me parece increíble su atrevimiento indumentario. Tiene una personalidad única, y eso es lo importante para vestirse. Me considero menos llamativa y guerrera que ella, yo tiro a tímida», casi glorificó mientras que Daniel Rabaneda, auténtico apellido de Rabanne, prepara su debut en el próximo Cibeles, tras ganar en el «Fashion Week» valenciano el Premio Nobel revelación: «No conozco a mi tío-abuelo, soy sevillano, tengo 25 años y mis diseños no recuerdan los metalizados que le hicieron famoso», descubrió. Así como Darío Barrio lo hizo con el horror y olvido que todavía supone la tragedia de Haití: «Todo continúa como hace año y medio». Olvidamos pronto.