España
Rablaci y la metáfora del desarraigo
Dónde: Casa de Vacas. Parque del Retiro.Cuándo: Hasta finales de febrero.Precio: Entrada gratuita.
Unas raíces de árbol apenas tocan el suelo, lo hacen tímidamente, como queriendo sólo rozar la tierra, en un equilibrio. Es la naturaleza tan bien asentada como inestable de Rablaci, joven escultor con una ya sólida trayectoria que muestra desde hoy en Madrid sus últimas creaciones, una serie de esculturas y objetos en la exposición «Raíces del desarraigo».
El artista ha dejado ver sus piezas en diferentes ciudades de España y varias de Europa, como París, donde unió sus obras a las de otros creadores en una muestra colectiva que se pudo ver en la Sorbona (2007), en Cascais (2008) con el título de «Private Body Tree» o en la lusa Tomar, en la que mostró en el bellísimo Convento de Cristo «Metáforas del hombre contemporáneo» en 2009 (y que el año pasado recaló en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam de La Habana). Hasta China también han viajado sus obras, que han recorrido Shanghai, Hang Zhou, Su Zhou, Fujian y Changshu con el título de «Materia y espíritu» (entre 2008 y 2009). Luis Asúa Brunt, concejal-Presidente del Distrito de Retiro, ha escrito de «Raíces de desarraigo» que «a través de sus esculturas, fotografías o instalaciones, el artista Rablaci expresa una idea que lleva una intención explícita que desea ser descubierta por el espectador para hacerle reflexionar sobre la deriva en la que se encuentra la humanidad.
A través de estas obras da respuesta a preguntas, pero también plantea preguntas para que otros las contesten desde el sentido común, de manera que entre todos unifiquemos criterios para rescatar a las personas de esta penuria». Y el propio autor, Rablaci, lo explica cuando asegura que «como artista me gusta radiografiar al ser humano contemporáneo».
El artista añade después que «decidí centrarme en el sentimiento de vacío y por lo tanto de búsqueda de uno mismo, así surgen las esculturas de los árboles y sus posteriores fotos.
El árbol se convierte en caminante sin rumbo, inestable, en búsqueda continua por aferrarse a algo verdadero, sometido a las presiones que en todo momento le acompañan, le pesan».
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