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El desplome de los ingresos del Estado apuntilla al déficit

Radiografía de los ingresos fiscales
Radiografía de los ingresos fiscaleslarazon

MADRID– Todo el mundo da por descontado que el objetivo de déficit del 6% marcado para el conjunto de las Administraciones Públicas este año se va a incumplir. La desviación, según los más optimistas, será de seis décimas, mientras que los más pesimistas hablan de un déficit superior para este año, de entre el 7 y 7,5%, e incluso del 8%, según las últimas previsiones de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). Esta desviación obligaría a un ajuste en 2012, para reducir el déficit al 4,4% previsto, de unos 40.000 millones de euros, más del doble que los 16.500 millones de euros anunciados por el presidente del Gobierno.

La destrucción de empleo, la bajada de los sueldos y la desaparición de empresas han llevado a los ingresos del Estado por impuestos a volatilizarse en 2011. Hasta noviembre éstos crecían tan sólo un 0,7%, cuando en el mismo mes de 2007 (antes del inicio de la crisis) lo hacían un 11,7%. El Gobierno había estimado un 6,2% más de recaudación para este año, pero a falta de una semana para que concluya 2011 estos cálculos no se van a cumplir. Las rentas del trabajo, sustento del modelo recaudatorio actual, ya no dan más de sí. Si hace cuatro años los ingresos por IRPF crecían un 16,4%, en noviembre de 2011 lo hacían sólo un 4,2%, frente al 6,2% previsto para este año.

Atonía del consumo
La misma mala trayectoria está viviendo la recaudación por IVA. Hasta noviembre los ingresos por este tributo crecían un 2,5%, cuando el objetivo para todo el año era de una recaudación del 7,3%, y con el consumo todavía en negativo no es probable que este impuesto vaya a remontar el vuelo. La recaudación por Sociedades lleva casi dos años en caída libre. En noviembre se desplomó un 11,4%, cuando en noviembre de 2007 los ingresos por este impuesto crecían robustamente (20,3%) y el objetivo para el conjunto de 2011 está en una subida de la recaudación del 9,3%. Los expertos denuncian que las empresas paguen sólo el 10% cuando el tipo impositivo por este impuesto está en el 30%. Para los Técnicos de Hacienda el problema está en la serie de incentivos y bonificaciones de los que gozan las empresas grandes y que habría que revisar.

Por si fuera poco, los ingresos por impuestos especiales cayeron en noviembre un 3,9%, frente al crecimiento del 6,7% que experimentaban en el mismo mes de 2007 y frente al alza prevista del 2,3%. La recaudación por el impuesto sobre el alcohol cayó un 6,3% cuando estaba prevista una subida del 1,7%. Lo mismo ocurre con los ingresos por el tributo sobre hidrocarburos que en noviembre caían un 6,2%, cuando estaba previsto para el conjunto del año un crecimiento nulo.

A pesar de este oscuro panorama, los expertos ven perfectamente factible reducir el déficit al 4,4% en 2012, aunque sostienen que para ello al Gobierno no le quedará más remedio que subir los impuestos indirectos. José Luis Feito, presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), cree que hay margen de sobra para subir los tributos especiales, como por ejemplo el de hidrocarburos, que es un 30% inferior a la media europea. También sostiene que hay margen para subir el IVA, que en España está en el 18%, el más bajo de Europa.

El presidente del IEE considera perfectamente viable reducir el déficit al 4,4% en 2012 si se adoptan otra serie de medidas, como aplicar recortes en la sanidad, en línea con lo que se está haciendo en Cataluña; reformar el sector energético, eliminando subvenciones a la energía ecológica o introduciendo peajes en las autovías. Francisco Pérez, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia y director del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), opina que en materia de impuestos sólo se podría replantear un retoque al alza del IVA. Otros como César Miralles, analista de Intermoney, opina que la capacidad recaudatoria real de cualquier impuesto que no sea el IVA «es reducida». Eduardo Berché, profesor de Esade, también cree que hay margen suficiente para aumentar los impuestos especiales y el IVA. Todos coinciden, eso sí, en que habrá que combinarlo con una drástica reducción de gastos.