Guadalajara
El imposible
A mis años, tomarse en serio un comunicado de la ETA, valorarlo, analizarlo y opinarlo, es una tontería. Se trata de un comunicado más, con disfraz de definitivo, y a otra cosa mariposa. De haber acompañado el comunicado con un ruego de perdón y escenificado la entrega de todos sus arsenales, la valoración, el análisis y la opinión podrían considerarse. Propaganda y aire. Tan sólo puede interesar la figura de lo imposible creada en su comunicado. La ETA anuncia su cese definitivo, o lo que es igual, su desaparición. Y posteriormente exige a Francia y España que negocien con la ETA. ¿Cómo se negocia con algo o alguien desaparecido? Me ha sorprendido el desdén social con el que se ha recibido el papel leído por los pasamontañas. Años atrás, España habría estallado de júbilo. Lo de ayer no supera al «entusiasmo descriptible» de César González Ruano cuando acudió a dar una conferencia a Guadalajara y se encontró con un salón dispuesto para acoger a quinientas personas, y sólo estaban ocupados siete asientos. «Mi presencia en Guadalajara ha despertado un entusiasmo descriptible». Pues lo mismo. En la relación de preocupaciones sociales, el terrorismo de la ETA lleva años perdiendo posiciones y descendiendo peldaños. El paro, la economía, la sanidad, las pensiones, la seguridad ciudadana se han encaramado a los primeros puestos de la angustia. La ETA, camuflada en sus Bildus y la farsa de San Sebastián, ha decidido su cese definitivo, el fin del terrorismo, porque no está para nada. Y no ha renunciado a ninguno de sus objetivos, que afortunadamente se hacen más inalcanzables sin las metralletas, las pistolas, las bombas, los «zulos» y los chantajes económicos. Pueden lograr los etarras una considerable representación institucional gracias a los seis oscuros magistrados del Tribunal Constitucional, pero aun así, sus pretensiones son tan imposibles como su intención de negociar después de haber desaparecido.
En cuarenta años, la ETA no consiguió su principal obsesión. Involucrar a las Fuerzas Armadas en la lucha antiterrorista. Provocó a nuestros Ejércitos asesinando a un centenar de militares, y se creó tensión, rabia y hastío, pero no se cayó en la trampa. Fueron las Fuerzas de Seguridad del Estado, la Guardia Civil y la Policía Nacional las encargadas de perseguir y detener a los delincuentes comunes de la ETA, pagando un altísimo y heroico precio de vidas destrozadas. En Irlanda del Norte, el IRA combatía desde el terror con el Ejército británico. El problema era diferente e histórica y socialmente incomparable con el de la ETA y las provincias vascas. Pero el IRA, desde su deleznable victimismo, justificaba su terror por la fuerza de su principal adversario, el Ejército inglés. Aquí en España, la ETA ha sido desmantelada por los mismos que persiguen y detienen a los atracadores, violadores, estafadores y demás delincuentes del montón. En esa firmeza, que a punto estuvo de derribar el fallido Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, se inicia la derrota etarra. Una derrota que no se consiguió plena y absoluta por culpa de la colaboración del nacionalismo vasco, el comunismo vasco, y una parte del socialismo vasco, que nunca quisieron la derrota etarra.
Respecto al comunicado, que bien, de acuerdo, que nada y hasta el próximo.
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