Barcelona
Alicia Sánchez-Camacho: «El día más triste»
Ayer fue el día más triste de mi vida parlamentaria. Ayer se quiso impedir a través de la coacción y la violencia que los representantes legítimos de los catalanes ejercieran su trabajo en el pleno parlamentario y que los trabajadores del Parlament y los periodistas realizaran su trabajo con normalidad.
Fue una jornada emocionalmente muy dura. Llevé a mi hijo al colegio a primera hora. De camino al Parlament, las informaciones sobre los primeros incidentes empezaban a circular y, enseguida, nos llegó la recomendación de desplazarnos hacia una comisaria de los Mossos d'Esquadra, donde también fueron llegando consellers, diversos presidentes de grupos parlamentarios y portavoces.
Me crucé con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, cuando salían para desplazarse en helicóptero hacia la sede parlamentaria. De inmediato se organizó el desplazamiento del resto de diputados. Decliné la primera opción, el helicóptero, y enseguida se planteó el desplazamiento de un grupo de vehículos para entrar por una puerta lateral del parque de la Ciutadella. Llegamos tras un recorrido accidentado, porque varios grupos intentaron cortar el paso y golpearon a los vehículos más rezagados. No me gustó nada el hecho de tener que entrar de manera casi clandestina, pero aquí lo principal era llevar a cabo el pleno, porque los violentos no pueden imponer su voluntad.
Me preocupa lo que ha sucedido. Pienso en las imágenes que se han visto en el resto de España y en todo el mundo. Todas las manifestaciones y protestas son legítimas mientras respeten los derechos de los demás y ayer se vulneraron muchos derechos y se cometieron delitos contemplados en el Código Penal. Al presidente de la Generalitat y a su gobierno les corresponde restablecer el orden y la normalidad con los medios necesarios. Desde el PPC, tendrán el apoyo que necesiten porque la sociedad democrática debe tener la madurez suficiente para estar al lado de sus fuerzas de seguridad cuando actúan en defensa de los derechos y libertades.
«Intentar robarme al perro ha sido terrible»
Los concentrados intentaron robarle al diputado de CiU su perra-guía, Annabelle, con la que acude al Parlament. «Ha sido terrible», afirmó Llop, que, junto al también diputado Jordi Turull, tuvo que soportar insultos, empujones y amenazas de muerte cuando les acorralaron en un portal cercano. «Es muy peligroso lo que han hecho», explicó Llop, que añadió que «pierdo la autonomía» si le quitan el perro- guía. Además, advirtió de que el animal, a causa de la agresión, puede haber sufrido algún desequilibrio que podría provocar que le haga perder sus facultades como perro lazarillo.
Annabelle, pese a la tensión del momento, no abandonó ni una sola vez al diputado invidente, que tuvo graves dificultades para poder acceder al Parlament. Intentó entrar a pie porque previamente los violentos se abalanzaron sobre el coche en el que iba. Después, entró en el vehículo oficial que llevaba a Artur Mas, que también fue agredido. Finalmente, Llop accedió al Parlament en el coche de escolta de la vicepresidenta, Joana Ortega.
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