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Cráteres profundos en Mercurio podrían mantener agua helada

El agua en forma de hielo podría subsistir en los polos de Mercurio, protegida de los rayos abrasadores del cercano sol, en el interior de cráteres profundos a los que no llega la luz solar, según nuevos datos de la sonda Messenger de la NASA.

El planeta, el más interior de nuestro sistema solar, puede llegar a temperaturas superiores a los 400 grados centígrados. Pero los científicos se han preguntado si los depósitos brillantes vistos en las exploraciones mediante radar podrían ser agua en forma helada.

La sonda Messenger de la NASA ha enviado imágenes que muestran que estos depósitos están relacionados con cráteres en sombra permanente, lo que apoya la posibilidad de que se trate de hielo.

"Nunca antes dispusimos de imáganes capaces de ver las cartacerísticas de las zonas donde se encuntran estos depósitos brillantes", declaró Nancy L. Chabot, científica de esta misión en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins.

Las imágenes del instrumento MDIS muestran que todas las características brillantes al radar cerca del polo sur de Mercurio se encuentran en zonas de sombra permanente, y cerca del polo norte de Mercurio dichos depósitos también se observan sólo en las regiones de sombra, resultados consistentes con la hipótesis de que se trate de hielo.

Chabot precisó que estos hallazgos no son la prueba definitiva de que los depósitos sean de hielo de agua, puesto que se han encontrado en algunos cráteres que son más calientes, y requerirían una capa de aislamiento. Los científicos continúan analizando los datos.
Messenger alcanzó la órbita de Mercurio en marzo de 2011, y desde entonces orbita el planeta dos veces al día, recogiendo cerca de 100.000 imágenes y más de cuatro millones de mediciones de la superficie de Mercurio.

Como una cáscara de naranja
Por otra parte, nuevas mediciones de esta sonda también han revelado que el planeta, que se cree muerto desde hace miles de millones de años, tuvo un pasado volcánico violento. De hecho, los cráteres en la superficie de Mercurio se han inclinado debido a la actividad bajo la superficie.

Científicos de la NASA creen ahora que la corteza y el manto que rodean el núcleo de Mercurio podrían ser tan delgados como la cáscara en una naranja, dispuestas en la parte superior de un núcleo de hierro.

De las estimaciones sobre su gravedad, el equipo descubrió que Mercurio es probable que tenga una estructura interior muy inusual, con un núcleo de hierro excepcionalmente grande cubierto por una capa sólida de sulfuro de hierro, una capa externa delgada de silicatos y una corteza.

Muchos de los cráteres en la superficie del planeta se han inclinado con el paso del tiempo, lo que sugiere que los procesos en el planeta han deformado el terreno después de que se formasen los cráteres.

Todos estos resultados aparecen en dos artículos publicados esta semana en la revista Science.