Murcia

El Boulevard un espacio con emoción por Antonio Parra

La Razón
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En pleno centro de Murcia, pero escondido en un lugar recoleto (la calle o placita de los Peligros, junto a las Cuatros Esquinas, con entrada por Trapería o por el boulevard del mismo nombre) se encuentra el renovado café-restaurante «Boulevard», ahora llamado «Nouve Boulevard», que recientemente ha cambiado de dueño y que ha mejorado y ampliado notablemente su servicio. Desde hace años el local ofrecía excelente café, menú del día y un aceptable tapeo para una comida rápida. El segundo salón del local, subterráneo, fue varias cosas, incluido un restaurante gestionado por el excelente cocinero y poeta Antonio Gras Mentado («un restaurante dentro de un café», se anunciaba), ahora está dedicado a celebraciones y comidas y cenas masivas.

Ahora todos sus espacios se mantienen, pero con una mayor oferta, incluida la musical. Por ejemplo, anoche actuó (concierto-cena) nada menos que el gran pianista y compositor Abdón Alcaraz, ganador en 2010 del premio «Filón» al mejor instrumentista en el 50 Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión. A partir de ahora habrá conciertos- cena con menú entre 12-15 euros todos los jueves, viernes y sábados.

El horario del Boulevard es continuo durante todo el día. Un momento importante es el de los desayunos, durante los que es frecuente ver su terraza llena por el público procedente de las oficinas y bancos cercanos: zumos naturales, repostería variada, tostadas. En esas horas les atenderán Ana (más en la retaguardia de la cocina), la simpatiquísima y muy profesional Rocky (ambas veteranas del local) o el omnipresente Ricardo, el jefe, que sólo se ausenta unas horas a media tarde: en todos los trabajos se fuma, aunque él no fume.

A medio día, junto a otros platos de la ahora aumentada carta, hay un menú muy recomendable, compuesto por tres platas, siempre ensalada y casi siempre un guiso, más un tercero contundente de carme o pescado. El precio, 12 euros, algo más caro de lo habitual (la media en Murcia suele ser de 10 euros), pero con mucha más calidad de lo que suele encontrase por algunos de esos antros que en Murcia, con un exceso de optimismo, suelen ser denominados restaurantes. Y siempre con excelente presentación, norma general de la casa. Una curiosidad nada frecuente es el menú nocturno, al mismo precio y de característica similares. Uno de los últimos incluía, a elegir, como primero: revuelto de ajetes con gambas y espárragos trigueros; crema de puerros y patatas o ensalada de la huerta. Segundo: escalopines de ternera a la pimienta verde; merluza a la plancha con ensalada de pimientos asados o asado de muslos de pollo al horno con sus verduritas, más un entrante, primera bebida, postre a elegir y café. Puede que los días de concierto este menú cueste un par de euros más. Pero la carta ofrece mucha más variedad, incluida alguna que otra finura. Por ejemplo, croquetas con carne asada y jamón, pimientos rellenos y rebozados, ensalada con queso de cabra y frutos del bosque envuelta en fino hojaldre que hay que romper, o un delicioso pulpo asado sobre lecho de puré de patatas. Las hamburguesas o el risotto de la casa también son recomendables, o un plato de jamón ibérico por 10 euros, por citar algunas cosas entre otras posibilidades.

Pero más allá de la nada despreciable oferta (como es natural no todo está igual de conseguido, por ejemplo, la citada ensalada es tal vez demasiado contundente debido a la excesiva presencia del queso) lo que hace de este local un espacio privilegiado es la gran profesionalidad de todo el quipo, su educación equilibrada y las buenas maneras, comenzando por el «jefe» Ricardo, y el lugar, a la vez supercéntrico y apartado, como un pequeño oasis. Y un añadido: como la buena cocina tiene tanto que ver con la carne como con el espíritu, y desde luego con las emociones, puede y hasta debe usted acabar una buena cena con espectáculo con un punto de emoción. Pida pues como postre el denominado «Emoción de chocolate». Pura finura.