Sólo queremos fútbol por Nacho Villa

El espectáculo vivido en el Camp Nou, más allá del resultado, es una auténtica lástima. La utilización política del deporte es la desnaturalización absoluta de la esencia básica de esta actividad. Un partido de Liga entre el Barça y el Madrid tiene ya por sí mismo una fuerte carga de rivalidad histórica. Es la escenificación del enfrentamiento más importante de la Liga, pero cuando alguien intenta utilizar el partido como una plataforma para trasladar un mensaje nacionalista e independentista arruina la fiesta del deporte y pone en una posición muy complicada a una gran parte de la plantilla del Barça que, independientemente de la ideología personal de cada uno, ha sido campeona del mundo y de Europa representando a España.

Por todo esto, es bueno que se vuelva a recordar a los políticos –y más en época electoral– que dejen en paz el deporte, que dejen en paz el fútbol, que mezclar el deporte con la política es una aberración social que la gran mayoría social no entiende. ¡Que nadie se engañe! Un estadio con una bandera gigante en las gradas no quiere decir que represente a nadie. La mayoría de los ciudadanos quiere tranquilidad, quiere sosiego y desde luego que la política tenga su ubicación exacta. Las mezclas no gustan. En fin, con todo, y hablando ya de fútbol, todo sigue como estaba. Un Barça dominando la Liga, un Madrid con buen juego, pero que no termina de arrancar. Y, aunque no lo parezca, quedan muchos partidos. No hay nada decidido.