Portugal
Un aristócrata en el club más deportivo y elitista
Es un coche para minorías, como todos los que pueden presumir de romper la barrera de los trescientos por hora. Un club donde no entra cualquiera. El derecho de admisión está limitado a marcas de gran «pedigree» como Ferrari, Porsche, Aston Martin, Lamborghini y, ahora, la versión R-S del Jaguar XK. Unas siglas que siempre han sido míticas en la factoría de Coventry.
Los 120, 140 y 150 de los años cincuenta lograron muchos triunfos en todo tipo de competiciones internacionales, incluido Le Mans. Ahora, esta carrocería de elegante coupé ha sido vitaminizada con un turbocompresor que, instalado en el V-8 de cinco litros, ofrece una potencia brutal que llega a los 550 caballos. A pesar de que el conjunto es pesado, son capaces de catapultar a este deportivo hasta las más altas prestaciones. Por ejemplo, una velocidad máxima de trescientos por hora, que podría ser mayor si el fabricante no hubiera autolimitado las posibilidades de este coche.
Estamos ante un vehículo que puede presumir de ser uno de los GT más rápidos del mercado. No es un coche puro de competición. Aunque para llegar a ello le falta muy poco. Un cambio un poco más rápido en reducción cuando usamos las levas del volante, algo más de retención en el motor en reducciones y frenos ventilados y de cuatro pistones. Porque el resto, es impecable. Estabilidad a toda prueba, comodidad en el puesto de conducción, aceleraciones fulgurantes desde la parte baja del cuentavueltas gracias a la acción del turbo... y un sonido de motor que embriaga. Cuando sube de vueltas o se cambia a una marcha inferior, el habitáculo se convierte en una sinfonía.
Este XK consigue una dualidad especial. Por un lado, se comportó sin complejos en duras pruebas efectuadas en el circuito de Algarve, en Portugal. Sus líneas agresivas son espectaculares, con detalles de competición como las partes de fibra de carbono o las llantas de 20 pulgadas con gomas de perfil muy bajo. Pero a la vez puede ser un coupé civilizado. Es capaz de pasar de 0 a 160 por hora en 8,5 segundos, y también de rodar a velocidad moderada suavemente, dejándote envolver por los asientos de cuero y aislado del ruido exterior. Pero si se lo pides, alcanzar 290 por hora en la autopista de la costa portuguesa no es un problema. Una presión sobre el acelerador te catapulta hacia unas sensaciones que pocas veces pueden disfrutarse.
La carrocería, como se aprecia en las fotos, es similar a la de sus hermanos de gama. Aunque para esta motorización se han incluído algunos elementos que varían su fisonomía, como el alerón posterior y el «spoiler» delantero, realizados en carbono, o las entradas en la parte frontal para ventilación de frenos. El interior es muy amplio y está equipado hasta el último detalle. Los asientos traseros no son muy grandes, pero el maletero es mayor de lo que aparenta por fuera. Su precio, de 156.700 euros, no lo hace apto para todos los públicos. Un detalle: es el primer Jaguar que no se puede comprar en color British Racing Green.
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