La Junta compara el «tijeretazo» en obra pública con los retrasos por lluvia

SEVILLA- El término reprogramación, que ha usado el Gobierno andaluz para explicar el aplazamiento en la ejecución de partidas como educación o inversiones en infraestructuras –es el más empleado en el polémico Plan Económico elevado al Consejo de Política Fiscal y Financiera– no significa lo mismo para todos los partidos. Para la consejera de Obras Públicas y Vivienda, Rosa Aguilar, que compareció ayer en comisión parlamentaria, se trata simplemente de posponer unos meses –la media ronda los seis– la ejecución de algunos proyectos. «Ni se rescinden contratos ni se paralizan obras». De ahí que garantice que la afectación al empleo sea nula. Tan es así, que la ex dirigente de IU llegó a comparar la reprogramación acordada en su departamento, que afecta a una partida de 849 millones de euros del presupuesto andaluz, con las eventualidades normales que puede sufrir una obra, como puede ser la lluvia. «Casi podía haber omitido el hecho de señalarlas –las obras reprogramadas–, pero hemos preferido ser transparentes».

La lectura de los dos partidos de la oposición es bien distinta. El PP ya avisó de que, sumando los recortes en obra pública de Fomento –5.700 millones entre 2010 y 2011 para toda España– y del Gobierno andaluz se podrían ir al traste 33.000 empleos. En esta línea se pronunció ayer el parlamentario de esta formación Jaime Raynaud, quien señaló que la citada reprogramación es un «eufemismo» tras el que se esconde más desempleo en un terreno en el que llueve sobre mojado. Puso de relieve que en agosto ya había registrados en el Inem 191.243 parados del sector de la construcción, un 180,3 por ciento más que en el mismo mes de hace tres años. Y la tendencia, según esgrimió, se mantiene, toda vez que el número de empleos generados en el sector de la construcción vinculados a infraestructuras de transporte ha pasado de los 27.431 de 2008, a 20.548 en 2009 y tan sólo a 2.119 hasta junio de 2010. «El tijeretazo de obras es descomunal». «La reprogramación es lo que es lo diga Agamenón o su porquero», deslizó Raynaud.

Para el parlamentario de IU Ignacio García el término reprogramación tiene un significado parecido, que se traduce en un «recorte» con «consecuencias sociales muy importantes». Especialmente en el empleo. García apuntó que los expertos señalan que las reprogramaciones suponen una reducción del 0,01 por ciento del PIB nacional, lo que implica la pérdida de entre 150.000 y 160.000 empleos en toda España, de los que a Andalucía le corresponderían 30.000.

Adelanto
Por su parte, la titular de Obras Públicas destacó que la reprogramación proyectada permite mantener el ritmo de ejecución del 71 por ciento de los kilómetros de carretera en marcha y de un 80 por ciento de las actuaciones en ferrocarril. Ambas se elevan a 1.600 millones de euros. Asimismo, adelantó que de las 18 obras adjudicadas y cuyo inicio se pospuso entre el último trimestre de 2010 y el primero de 2011, seis comenzarán antes. El próximo mes de octubre. Tres son carreteras de Sevilla y otras tres de Córdoba. Además, dos de las 12 restantes ya se han iniciado, cumpliendo así con el calendario de la reprogramación. Aguilar buscó la comparación con otras comunidades del PP para defenderse de las críticas de Raynaud. Valencia, dijo, «está rescindiendo contratos en obra pública y su nivel de endeudamiento –5.000 millones más que Andalucía– no le permite pedir más créditos». «Murcia pone 10.000 euros para este año y otros 10.000 para 2011. Son obras diezmileuristas», apostilló.