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Barcelona

Son diez puntos sobresaliente

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MADRID- El Madrid no permitió otra sorpresa del Levante, ni siquiera tras encajar un gol a balón parado, esa asignatura pendiente, a los cinco minutos. Está tan convencido de que tiene que ganar la Liga que no le distrae el menor contratiempo. Cuenta para ello con la mentalización precisa –Mourinho quiere al Barcelona muy atrás y no concede un respiro– y una plantilla fabulosa. Funcionan los titulares y los recambios. Y funciona como una máquina de precisión Cristiano Ronaldo, el impulsor de la remontada con tres goles seguidos, un «hat-trick», que culminó Benzema.

Pronto marcó el Levante, la pesadilla ahora que el Barça está dejando de serlo, y comenzó el asedio. No le costó al Madrid sobreponerse al terror de «Halloween», «Sé lo que hicisteis...», «Viernes 13», Freddy Kruger y, en clave menos terrorífica, al día de la marmota, por lo reiterativo de la secuencia. Se repetía el «modus operandi»: falta lateral, envío en diagonal, despeje circunstancial de Ramos hacia atrás y Cabral, en el segundo palo, más despierto que Arbeloa, cabecea y deja a Casillas, a Mourinho y al Bernabéu con dos palmos de narices. Así marcó el Barcelona, así lo hizo dos veces el Málaga. A balón parado el Madrid es frágil, sus defensas se distraen, sus centrocampistas no ayudan en los marcajes y el contrario lo aprovecha.

El Levante ganó en la primera vuelta. El Levante luce azul y grana, como el Barcelona, que también ganó a este líder, que es primero y no por casualidad. El 0-1 le reactivó y se volcó sobre la portería de Munúa. Özil dirigía la ofensiva, Granero le apoyaba; el movimiento arriba era continuo; ni un jugador estático, ni siquiera Higuaín, el punta que arrebató el puesto a Kaká. Las ocasiones se sucedían, Sergio Ramos, Coentrao y Arbeloa se incorporaban al ataque; cerraba Pepe; vigilaba Xabi Alonso; Koné buscaba de cuando en cuando la sorpresa por la derecha. El Levante defendía la renta con once e intentaba incrementarla con uno, dos o tres efectivos. Tenía tanto que defender que no se descuidaba. Pero era cuestión de tiempo que el marcador dejara de sonreírle. Recibía constantes oleadas blancas; sufría el dominio, 80%-20%, e intentaba ralentizar el juego porque la velocidad madridista le recluía en las inmediaciones de su área. Tiraban Benzema, Higuaín –al palo– y Cristiano; Coentrao le daba una patada al aire; Ramos se picaba con Del Horno, vio la amarilla y gracias, e Iborra vio la segunda cuando en el minuto 43 cayó el balón del cielo y lo recibió con las dos manos. Fue sin querer; un acto reflejo. Fue penalti y amonestación. Era la segunda. A la calle. Lanzó Cristiano la pena máxima, engañó al portero y empató. Era 1-1, once contra diez y todo un tiempo por delante.

Mourinho montó una alineación para no dar tregua; no estaba Kaká al lado de Özil, Granero y Alonso, pero aparecía Higuaín, más arriba que Benzema y Cristiano Ronaldo. Nada de especular, ¡al ataqueee! Más sencillo contra diez que contra once; mucho más con Cristiano inspirado. Y lo estaba. Hizo el 2-1 de cabeza, a centro de Higuaín, y el 3-1, un zambombazo desde fuera del área, la «folha seca» y hemorragia de satisfacción entre la colonia portuguesa: Cristiano acudió veloz a la banda para abrazarse con Mourinho, con Rui Faría, con Pepe y Coentrao –¿por qué esta algarabía?, ¿por qué esta celebración de corte lusitano?–; luego llegó el resto. Era un 3-1 al Levante, que jugaba con diez. El «hat-trick» merecía una fiesta, ¿nacional?
Lo importante es que el Madrid había remontado, impulsado por Cristiano, fuerza de la naturaleza, y que, volcado como estaba sobre la portería de Munúa, le sorprendió el Levante con un contragolpe fugaz que Koné cabeceó entre Ramos y Pepe. El 3-2 no parecía definitivo. Ni mucho menos. Poco después Benzema hizo el 4-2, con la derecha, colocado, precioso. Y no hizo el quinto porque el «globo» que le envió Xabi le cayó muy flojo. Tampoco hizo el 5-2 Özil, después de un «caño» al veterano Ballesteros en el área, porque la pelota pegó en el poste.

Buscaba más goles el Madrid con fútbol vertiginoso y detalles de calidad de jugadores con un talento extraordinario. No pensaba en que el contrario jugaba con uno menos, atacaba sin piedad y pasaba el rodillo con la ambición de quien piensa que los partidos con goleada suman más de tres puntos. Le espoleaba el resultado, le picaban los dos goles levantinistas y le contagiaba el ansia de Cristiano, 27 tantos ya en esta Liga que aún tiene que celebrar dieciseís partidos.

Perdió el Levante, como era de suponer y a pesar del adelanto en el marcador; ganó el Madrid, como era de imaginar, porque en el horizonte avistaba, mucho más que esta victoria, los diez puntos de ventaja sobre el Barcelona, una muralla que sólo sus propios errores, una improbable cadena de catástrofes, podría derribar. El equipo de «JIM» hizo lo que pudo; el de Mourinho, lo que sabe: jugar, empujar y golear.

 

«El toque-toque no es para el Bernabéu»
El fútbol del Barcelona no es para el Real Madrid. Lo dijo Mourinho, muy prudente ayer, pese a la ventaja de diez puntos. «En otros estadios, cuando se toca y se toca es fantástico; aquí, si haces eso te silban». Eso «inhibe» a los jugadores madridistas –siguió explicando «Mou»–, se sienten presionados y, por eso, en lugar de guardar el resultado, siguen arriesgando. Conclusión: «Esta Liga no la ganaremos por el ‘‘gol average'' sino por puntos». Mourinho tenía otro pequeño tirón de orejas para sus hombres, con motivo del nuevo gol encajado a los pocos minutos: «El equipo sale con poca concentración y mucha confianza en su potencial. Lo bueno es que después reacciona, pero es algo que tenemos que mejorar porque llegará el día que no entren los goles». Mourinho ha echado sus cuentas: «Nos faltan 39 puntos; fallaremos, seguramente, pero tenemos un pequeño margen de error».

 

Cristiano, gol 4.000 en el Bernabéu
Cristiano marcó ayer un «hat-trick» y, claro, para él fue el honor de marcar el gol 4.000 en el Bernabéu y el equipo lo celebró a lo grande. El 3.500 fue de Ronaldo, el «9», el brasileño. «CR7» lleva 27 goles en 22 partidos. Una salvajada. Ayer el estadio coreó su nombre y él sintió «alegría».


- Ficha técnica:
4 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Coentrao; Xabi Alonso, Granero (Khedira, m.77), Özil (Kaká, m.81); Cristiano Ronaldo, Higuaín (Callejón, m.67) y Benzema.
2 - Levante: Munúa; Javi Venta, Ballesteros, Cabral, Del Horno (Pedro López, m.57); Valdo (Botelho, m.77), Farinós, Iborra, Serrano, El Zhar (Pallardo, m.46); y Koné.
Goles: 0-1, m.4: Cabral. 1-1, m.44: Cristiano Ronaldo, de penalti. 2-1, m.50: Cristiano Ronaldo. 3-1, m.57: Cristiano Ronaldo. 3-2, m.63: Koné. 4-2, m.66: Benzema.
Árbitro: Undiano Mallenco (Comité Navarro). Amonestó a los locales Ramos (36) y Pepe (49), y los visitantes Serrano (34) y Cabral (86). Expulsó a Iborra por doble amarilla (m.37 y 43).
Incidencias: encuentro correspondiente a la vigésima tercera jornada de Primera División disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 67.000 espectadores. Realizó el saque de honor el exjugador madridista Roberto Carlos.