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Las autonomías quieren más alumnos por clase

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MADRID- La calidad no está reñida con la cantidad de alumnos que pueda haber en una clase. Es una tesis que la mayoría de las comunidades autónomas están dispuestas a apoyar y que previsiblemente acabará implantándose en las aulas a la vista de los austeros presupuestos que se prevén para la educación.

De hecho, la mayoría de las comunidades estarían de acuerdo en aumentar la ratio de alumnos entre un 10 o un 15 por ciento de tal manera que el máximo de alumnos por clase se fijase en 30 o 35 estudiantes en todas las etapas educativas para así racionalizar el gasto, según informaron a LA RAZÓN fuentes autonómicas. La medida, que sería de aplicación en toda España, está previsto que se anuncie antes del verano.

Actualmente, la Ley Orgánica de Educación (LOE)establece en 25 el límite máximo de alumnos en Primaria y deja un margen de un 10% de aumento para situaciones especiales, con lo que se puede llegar a los 27 alumnos. En Secundaria, la ratio está fijada en 30 estudiantes por clase con posibilidad de aumenta un 10%, hasta los 33.

Un portavoz del Ministerio de Educación aseguró ayer que aunque el Ministerio no tiene previsto implantar esta medida de forma inmediata, su titular, Juan Ignacio Wert «está dispuesto a escuchar a las autonomías».

Las comunidades están convencidas de que esta medida supondría una forma de racionalizar el gasto sin que ello afecte a la calidad de la enseñanza. De hecho, actualmente el número de alumnos por profesor en España es inferior a la media de los países de la OCDE: once, frente a los 13 por docente que registra la media europea. Esta situación afecta a todas las etapas educativas, excepto en la primera etapa de Educación Secundaria de la UE, que tiene ratios ligeramente más bajas, según refleja el último informe de la OCDE sobre el «Panorama de la Educación».

En España se ha defendido tradicionalmente la idea de que un menor número de alumnos por aula y una mayor inversión en educación conllevan un mayor éxito escolar. Sin embargo, la realidad ha desmontado estas dos afirmaciones ya que en el año 1975 el número de alumnos por docente era de 24, frente a los once actuales y nunca como hasta ahora habíamos dedicado tantos fondos a la Educación, a la que se destina el 4,7% del PIB. Sin embargo, nunca como hasta ahora habíamos alcanzado unos índices de abandono escolar tan altos: el 28,4%, casi el doble de la media de la UE.

El coordinador del informe PISA y jefe de la división de análisis educativos de la OCDE, Andreas Schleicher, es el primero en defender que la calidad de la enseñanza no está reñida con la cantidad. En una visita reciente a España aseguró que la formación inicial y permanente del docente así como la implicación y la actitud que mantenga en el aula con el alumnado es más determinante para alcanzar el éxito educativo que la inversión de las administraciones o que las clases no sobrepasen un determinado número de alumnos por profesor. De hecho, es de los que cree que un aula con pocos alumnos no conlleva que el docente esté más implicado con ellos.

Otros expertos de la Educación españoles defienden planteamientos similares. «Todas las evidencias empíricas en los distintos estudios internacionales demuestran que la disminución del número de alumnos en las aulas no es un factor determinante para la calidad de la enseñanza y los resultados educativos. Evidentemente, dentro de ciertos límites. Por lo tanto, son otros los factores que condicionan el éxito escolar como son los profesores, los métodos pedagógicos, una adecuada programación y la adopción de procedimientos educativos eficaces para el progreso de los alumnos», explica Eugenio Nasarre, vicepresidente de la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados.

«En el pasado hemos padecido unos planteamientos fuertemente ideologizados que defendían que la ratio de alumnos por aula era un factor clave para la mejora de la enseñanza y este planteamiento está desmentido por la realidad y hay que ir por otros caminos para defender la Educación», añade.

Emilio López Barajas, catedrático de Educación de la UNED, cree que «el límite de alumnos permitido no debe sobrepasar de 35 si las necesidades presupuestarias lo exigen y esta cifra entraría dentro de lo razonable, pero creo que paralelamente es necesario buscar alguna medida que motive al profesorado».

Compensación al profesor
En opinión de López Barajas, «el problema con el que se puede encontrar esta reforma es que se desmoralice el profesorado y que se perciba como una exigencia detrás de otra. Si el docente, que es el eje de la calidad, pierde la moral resolvemos un problema económico a corto plazo, pero el fracaso va a crecer en el futuro, por eso echo de menos por parte del Gobierno alguna decisión que favorezca al docente, ya que se le pide un esfuerzo. Es urgente que se le compense para rearmarlo moralmente».

 

Ensayo en Cataluña
La necesidad de racionalizar el gasto ha llevado a algunas comunidades autónomas a apurar al máximo la ratio máxima permitida por ley. Así, Asturias comenzó el curso escolar con 27 alumnos en Primaria, el máximo permitido por ley. Las 92 guarderías municipales de Barcelona también quiere subir el número de alumnos por clase. El grupo de lactantes pasará de 7 a 8; el de 1 a 2 años de 10 a 13; y el de 2 a 3 años, de 18 a 20.

Ensayo en Cataluña
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