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Las moralejas visuales de Sañudo
«el panteón de los...»Rafael SañudoSins entido 160 páginas. 20 euros.
Le viene de familia a Rafa Sañudo. «A mi padre le encantaban los juegos de palabras y cuando yo era pequeño me decía que en uno de sus viajes había visto al "Leoperdo'', un animal que es mitad leopardo, mitad cerdo. Y me tronchaba. También mi tío, antes de irse a la mili, me dijo que me iba a traer a su regreso un tanque que disparaba calzoncillos sucios y chorizos», cuenta el dibujante de LA RAZÓN, diseñador y realizador de videoclips, que acaba de publicar «Panteón de los ilustres ilustrados», un libro de metáforas visuales artesanas con un propósito: divertir y hacer reflexionar a los pequeños, dejar que la imaginación vuele pensando en voz alta.
Ahijada vanidosa
Porque así fue como nació el libro, en las tardes de molicie de verano, cuando en una isla del Mediterráneo dan las cuatro de la tarde y no hay televisión, o está mejor apagada. «Primero dibujé al hombre que tenía los ojos como huevos fritos, y se lo enseñé a los niños de la familia, que algunos son muy pequeños y otros no tanto, y empezábamos a jugar con el personaje, a buscarle una historia», cuenta. El resto lo hace la imaginación loca de los pequeños. «Pero poco a poco me fui dando cuenta de que a los personajes absurdos se les podía hacer crecer añadiéndoles moralejas, refranes trastocados», explica. Los dibujos de página completa llevan al lado unas pocas palabras, dos líneas que completan como pie de foto a los retratos y otras que los contradicen y llenan el espíritu de esos extraños pintados a trazo grueso.
«Me gustan los que llevan mensaje –explica Sañudo–. Tengo una ahijada muy vanidosa y a ella le dediqué el dibujo de la mariposa». A su lado, con mala idea, Sañudo escribe: «Para las que piensan que ser guapa es lo más importante: las mariposas sólo viven tres días». Según el ilustrador, las viñetas del libro tienen un propósito: motivar a los niños a leer y a pensar, a preguntarse sobre la conducta humana y el lenguaje que hemos asumido por costumbre y ya no nos preguntamos por qué decimos lo que decimos.
En el origen de todo están las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna, como Sañudo destaca, o las metáforas visuales que Chema Madoz construye con sus fotografías de estudio. Y en el aliento, Francisco Nieva. «Cuando todo el mundo me decía que me especializase en mi juventud, Paco me decía: "Ya te especializará la vida''. Me inculcó el placer de crear como un artesano, como un zapatero. Y cuando habla de mi arte menor, me lo tomo como un elogio enorme» Porque a Sañudo, más que las exposiciones de etiqueta, le gustan las gamberradas, la sobremesa de verano, ir a los talleres y las ideas locas de los niños.
Es sprint del dibujante
En el fondo, lo que a Sañudo le gusta es la adrenalina de la actualidad. A veces se sienta en la mesa de la cocina, junto a los deberes de sus hijos, con la urgencia de la prensa diaria, tan dada a los sucesos de última hora, a cambiar el periódico de arriba abajo. «Lo normal es que se me avise a las seis o las siete del tema del día y que en un par de horas entregue», dice el dibujante. «Me gusta esa sensación del esprint», concluye.
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