Artistas

La Campos seguirá contra Belén Esteban por Jesús Mariñas

Bárbara Rey afirma que presentó a Concha y a Paco Marsó
Bárbara Rey afirma que presentó a Concha y a Paco Marsólarazon

No deja de sorprenderme ese fariseismo de los que disimulan, soterran o callan que el hijo mayor de Concha Velasco fue aportación a su matrimonio con Paco Marsó. Tan sólo Paquito, tan parecido físicamente al galán, nació de la unión entre la actriz y el guaperas al que conoció cuando montó «Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipcíaca». Aunque Bárbara Rey afirma que ella los presentó porque Paco era su galán en un musical que interpretaron después del éxito que tuvo Marsó con Analía Gadé donde destacó por el desnudo de su trasero. Acabaron aplaudiendo sin embargo más tarde se verían aplacados por el integral de Juan Ribó en «Equus». Desmemoriados más que comprensivos –la gente teatrera siempre tuvo manga ancha con el sexo–. Algunos como Carlos Larrañaga cultivaban, sin tino, las relaciones extraconyugales y todos en la misma onda socialmente desordenadora. Ahora echan tierra a la nada juvenil maternidad de Concha, que ya salía de relaciones con José Luis Saénz de Heredia, primo de José Antonio, tan bien rescatado por Eduardo Mendoza en el último Planeta, y luego cambiando de sentimientos y política liándose con ese Juan Diego. A Concha no le sorprendió una maternidad amparada y tutelada por Marsó, que crió sin distinción a Manolo y a Paquito. Sus físicos son la mejor evidencia de genes dispares.

Dicho esto, lo otro: no han dado carpetazo al enfrentamiento entre una irreductible María Teresa Campos y Belén Esteban en «España pregunta, Belén responde». Por si lo olvidaron, la magistral María Teresa recriminó que cada intervención de la nariguda fuese respaldada con aplausos nada espontáneos, alentados por Pepe, el «animador» del programa que tiene orden de jalear cuanto suelte la ex jesulina. Belén replicó, defendió la espontaneidad –¿cuál?– de las ovaciones programadas y mantuvo el rifirrafe con esa Campos que vuelve a lo de siempre.

Domina el plató como nadie, argumenta como pocas y responde en su sitio lo prefabricado para engatusar audiencias. Es única y de réplica demoledora. «Y así pienso seguir. No callaré ni me callarán. Estaría bueno a estas alturas que anduviese con paños calientes fomentando el fervor belenista. Hasta ahí podíamos llegar», me comenta tranquilizándome tras un primer «round». Ahora se batirán Teresa y Belén. Promete, aunque no haya desigualdad entre el peso pesado de María Teresa y la llorosa mamá de Andreíta.