El Barça gana contra doce (3-1)

Barcelona- El Camp Nou vivió ayer un partido de alta tensión. Recibió la visita del Sporting de Javier Clemente y sufrió el arbitraje de Velasco Carballo. Una combinación que no dejó indiferente a nadie. Cuando era joven, el técnico de Barakaldo ya tenía las ideas muy claras y el paso de los años no le ha cambiado. Hasta el último de los 72.442 espectadores que se acercaron ayer hasta el Camp Nou sabía perfectamente cómo iba a jugar el Sporting. Y Clemente no decepcionó. En el once rojiblanco no había ni un solo delantero. ¿Para qué? Su equipo sólo tenía la misión de defender y lo hizo la mar de bien, todo hay que decirlo. La única tarea de Orfila, por ejemplo, fue perseguir a Cesc por todo el campo. Bienvenidos al siglo XXI.

Quizás la ausencia de Messi, sancionado, en el bando azulgrana pudo acentuar un poco más el planteamiento ultradefensivo del rival. No le ha ido demasiado mal al equipo de Guardiola sin su estrella, aunque el día de ayer era diferente. Un partido decisivo, ante un rival encerrado y sin Messi. Pero al Barcelona también le faltaron muchas otras cosas. La principal, mover mucho más rápido el balón para que el Sporting se descolocara. La pelota corrió demasiado lenta y fue casi imposible encontrar espacios en la férrea zaga asturiana. El Barça era demasiado previsible. A Clemente no le hacía falta ni levantarse para dar instrucciones. Su equipo estaba logrando su objetivo sin demasiada oposición. El balance visitante en todo el primer tiempo fue un tímido disparo lejano de Mendy. El de los locales tampoco fue mucho mayor, a pesar de que tuvieron la posesión del balón hasta la saciedad.

La mejor jugada del partido acabó con el primer tanto «culé». Empezó con una pared entre Adriano y Keita en la frontal y acabó con un pase perfecto del brasileño a Iniesta, que se estrenó así en la Liga. El tanto llegó a tres minutos para el descanso, después de que en dos acciones clarísimas, Velasco Carballo mirara hacia otro lado en sendos empujones de Gálvez y Botía a Alves y Keita. El recital del madrileño fue a más en la segunda mitad.

Nada más salir del vestuario , el partido cambió por completo. El árbitro expulsó a Piqué por un forcejeo con De las Cuevas. El escándalo ya era mayúsculo en el Camp Nou. Acto seguido, empató Barral, adelantándose a Valdés en el área pequeña, y el clima se enrareció aún más. El Sporting más defensivo de la historia tenía una oportunidad única para ganar por segunda vez en su historia en campo azulgrana. Todo gracias a Velasco Carballo. Pero el Barça se tranquilizó y comenzó a jugar mejor. El problema es que el colegiado era un defensa sportinguista más y tampoco señaló una mano de Botía en el área. Guardiola, incrédulo, protestaba desde la banda. Pero el técnico ha prometido que su equipo no tirará la Liga y se aferró a ella a pesar de las dificultades. Keita desató la euforia con un golazo por la escuadra a diez minutos para el final. La locura. La guinda la puso Iniesta, que completó otra lección magistral de fútbol con un pase genial a Xavi, que también batió a Juan Pablo. Alexis, lesionado, se fue al vestuario y los azulgrana acabaron con nueve jugadores. Pero el Barça ya había ganado al Sporting y al colegiado, que suman doce.