Educación

Castigo a los colegios con mejor rendimiento

La nueva Ley Integral para la Igualdad de Trato y la no Discriminación del Gobierno empieza a levantar ampollas entre las patronales del sector educativo y entre los sindicatos.

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La asfixia a la que el Gobierno pretende someter a los centros que educan a niños y a niñas en aulas diferentes retirándoles las subvenciones no se entiende. Sobre todo porque la estadística demuestra que se trata de un modelo que funciona para combatir una de las principales lacras del sistema educativo, como es el fracaso escolar. Así, si el porcentaje de alumnos que no acaban sus estudios obligatorios es del 30% de media en los colegios de toda España, en los centros de educación diferenciada oscila solamente entre un 5 y un 8%, según los datos de los que dispone la patronal de la enseñanza privada y concertada CECE.
Mariano Castillo, director del Instituto Técnico de Educación de CECE, asegura que la educación por sexos aporta otras ventajas que hasta ahora no se habían apreciado, como es el hecho de que «mientras en los colegios mixtos las niñas eligen opciones profesionales más relacionadas con puestos asistenciales, en los diferenciados las niñas se inclinan, al igual que los hombres, por puestos de mayor prestigio social, como las ingenierías, las finanzas o los negocios».

María Calvo, profesora de la Universidad Carlos III y presidenta de Easse España, cree que los beneficios cualitativos, cuantitativos, personales y académicos que se desprenden de este modelo merecen la atención de padres, autoridades y docentes, porque sus resultados «son óptimos»». En su opinión, «hay un mejor entendimiento y respeto entre sexos opuestos, un ambiente más relajado y agradable entre los alumnos, mayores facilidades para ejercer la docencia y resultados académicos más elevados». Además, «también la conflictividad y violencia en las aulas disminuye de forma llamativa, mejora la autoestima de los alumnos, favorece la verdadera igualdad de oportunidades y responde a las peculiaridades de niños y niñas y a sus problemáticas específicas». Según Calvo, los colegios públicos y privados que han introducido clases diferenciadas por sexo han experimentado una subida generalizada del nivel académico y de la eficacia docente. De hecho, según la National Foundation for Educational Research, los resultados en colegios de educación diferenciada son hasta un tercio más elevados que los mixtos.

Son muchos los expertos que piensan que el modelo de educación por sexos podía ser una solución para mejorar el rendimiento de los alumnos. Y es que las desigualdades en este terreno no pueden ser más preocupantes. Los chicos no sólo tienen más dificultades que las mujeres para pasar de curso, también acumulan más suspensos, repiten más, abandonan antes el sistema educativo y se gradúan en menor proporción que sus compañeras. De hecho, los Consejos Escolares autonómicos y del Estado recientemente pusieron sobre la mesa un informe sobre resultados académicos desagregados por sexo que llama la atención sobre este aspecto. A los 15 años, el 48% de los varones no está en el curso que le corresponde. Es decir, ha repetido uno o dos años. Esa diferencia se observa ya desde los 8 años (en segundo curso de Primaria), donde un 5% de las niñas y un 7% de los niños se encuentran en cursos inferiores a su edad. En resumidas cuentas, en todas las titulaciones, desde la ESO hasta el máster, hay un porcentaje mayor de mujeres, con la excepción de los Programas de Cualificación Profesional Inicial, las enseñanzas deportivas y las de música de grado superior.

«Ataque a la libertad»
El sindicato FSIE criticó ayer el proyecto de ley de igualdad de trato del Gobierno y tachó la iniciativa de prohibir las subvenciones a los colegios de educación diferenciada como un «ataque a la libertad de enseñanza». Según el secretario general del sindicato FSIE-Madrid, Miguel Muñiz, «ahora son los centros de educación diferenciada, luego serán los centros con ideario religioso y después los que tengan un proyecto distinto al del Gobierno».