Sevilla

«No al chantaje de Lipasam»

Pese a que el alcalde de Sevilla garantiza que «no se producirá ningún despido ni externalización», hay previsto un paro indefinido a partir del 15 de noviembre

La Razón
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Sevilla- El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, mantiene el pulso que le ha echado la plantilla de Lipasam, después de que acordara iniciar una huelga indefinida a partir del próximo 15 de noviembre. El regidor aseguró ayer que no aceptará «chantajes» por parte de los empleados, puesto que el Ayuntamiento «está cumpliendo escrupulosamente con todo aquello con lo que se comprometió». Igualmente, remarcó que «no se está produciendo ningún despido ni externalización» y que «se están pagando las nóminas». Por todo ello, insistió en que el Gobierno local está comprometido «al cien por cien» con que la empresa sea «cada día más eficaz, eficiente y mantenga el servicio público y los puestos de trabajo».
No es la primera vez –ni previsiblemente la última– que la plantilla convoca una huelga como medida de presión. El último aviso tuvo lugar el pasado mes de marzo, cuando se anunció una protesta similar a partir del Miércoles Santo, justo en el ecuador de la Semana Santa. Los trabajadores no estaban de acuerdo con la aplicación de la reforma laboral decretada por el Gobierno central, que se traduciría en una reducción de un 5 por ciento en los salarios y un aumento de la jornada laboral hasta las 37,5 horas semanales. CC OO y UGT entendían que estas medidas se debían aplicar a los funcionarios del Estado y no a los trabajadores del Ayuntamiento.

El preacuerdo contempla una prórroga del actual convenio colectivo hasta finales de año. Los sindicatos lograron posponer la merma salarial y el Ayuntamiento se comprometió a aplicar las 37,5 horas semanales cuando se lleve a cabo en el resto de los trabajadores públicos del Consistorio y sus organismos.

Además, en 2011 los empleados también tantearon la posibilidad de convocar una huelga por uno de los motivos que se esgrimen ahora: que tres de los cuatro talleres pasen a ser gestionados por la iniciativa privada. «Dicen que los afectados se reubicarían en el taller más voluminoso, pero nadie nos garantiza que al final no se produzcan despidos», aseguró entonces Antonio Bazo, secretario general de CC OO en Lipasam.
La última vez que la plantilla cumplió su amenaza fue en noviembre del año 2000. La protesta tuvo su origen en cuatro sanciones a trabajadores que, según la dirección, habían cometido faltas graves como amenazas e insultos. Los sindicatos, sin embargo, sostenían que estos empleados simplemente se habían negado a hacer horas extraordinarias. La huelga duró cinco días, aunque sus efectos no fueron demasiado notorios. El Ayuntamiento, de hecho, no puso en marcha ningún servicio especial para recoger la basura acumulada.
La negociación de un nuevo convenio colectivo está también en el trasfondo de esta nueva convocatoria de huelga. Sin embargo, llama la atención que dicho convenio contempla hasta 12 complementos salariales, la mayoría para combatir el alto porcentaje de absentismo en la empresa.

De hecho, los empleados cobran 1.400 euros al año tan sólo por asistir al trabajo. El absentismo alcanzó el 7,12 por ciento en 2009 y en 2010 el 5,63. También se abonan 635 euros en la paga especial por las fiestas de primavera, cantidad que se une a las otras dos pagas extraordinarias.