Fútbol
Cristiano juega solo por Julián GARCÍA CANDAU
La polémica del año, salvo que Cristiano Ronaldo cambie de actitud, estará dedicada a los desplantes que dedica a los compañeros, los gestos de desaprobación que les hace y su inhibición cuando pierde un balón. Siempre que ello sucede se queda atrás. No siente la obligación de perseguir al contrario.
En los casos de los grandes ases siempre hay quienes defienden la teoría de que ellos no están para ejercer labores defensivas. Son los contrarios quienes deben evitar que jueguen.
En el Inter vimos como Mourinho obligaba a Etoo a que se retrasara hasta la zona defensiva. Cristiano, que, evidentemente, es distinto al camerunés, parece que goza de libertad absoluta. No se le exigen sacrificios o quizá no los practica porque no es partidario. Tal actitud es mala siembra en el vestuario. En el campo puede ocurrir que acaben pasándole factura.
El partido tuvo arranque madridista y el cambio fue tan radical, que perdido el balón en el centro, en el que había mandado Xabi Alonso, las dos grandes ocasiones de gol las creó, y malbarató la Real. El Madrid ganó sin hacer más méritos que la Real. Di María marcó un golazo y Cristiano lanzó una falta, el balón dio en la chepa de Pepe, se desvió y fue el gol del triunfo. El astro portugués se dedicó a disparar de lejos y a sacar las faltas. Jugó como si el resto no existiera. El gol no exculpa.
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