Rodaje
«El sexo en prisión era habitual»
Una funcionaria de Meco asegura que se mantenían relaciones con las presas. Ayer comenzó el juicio contra el trabajador acusado de abuso sexual
Madrid- «No era un rumor y era muy difícil frenarlo». Así de tajante se mostró ayer una funcionaria de prisiones al referirse a las relaciones sexuales que mantenían sus compañeros con algunas de las presas. De hecho, esta testigo asegura que, incluso, puso en conocimiento de Instituciones Penitenciarias un hecho concreto. El que se empezó a juzgar ayer en la Audiencia Provincial. Frida llegó a Alcalá Meco y no tenía dinero. Esta mejicana cumplía condena por tráfico de drogas y encontró su «salvación» en Eva, otra reclusa que le propuso sexo con un funcionario a cambio de un puesto de trabajo. Frida accedió y mantuvo una relación carnal con José María.
«Me dijo: ¿Quieres trabajar?, pues adelante. Entré en el economato. Ella le desabrochó los pantalones y empezaron a mantener un contacto. Luego me dijo que participara, y se quedó vigilando para que nadie entrara». Después de este primer encuentro Frida no quiso más. Ahí comenzó su calvario. Eva comenzó a amenazarla, incluso le dejó una nota en la que se advertía de posibles «accidentes» si se iba de la lengua. Frida no quería más sexo, pero tampoco tenía fuerzas para denunciar lo que le había pasado. Cuando las reunió, se lo contó a varias personas y, a pesar de todo, José María sigue, en la actualidad trabajando en el centro penitenciario.
Este hombre, de 62 años y pelo canoso, asegura que todo lo que cuenta Frida es falso. Al igual que José María, Eva niega que le ofreciera a Frida contactos sexuales a cambio de trabajo en prisión. El funcionario asegura que la mejicana se le acercó un día y le pidió un puesto de trabajo. Según él cuenta, le dijo que no podía hacer nada y que siguiese los cauces protocolarios para lograr uno.
Poco después, sin embargo, Frida comenzó a trabajar en el economato. La compañera de trabajo de José María aseguró que no tenía miedo a represalias dentro de la prisión e insistió en que «no quería trabajar en una casa de putas».
Para ella, eran muy habituales las relaciones entre reclusas y funcionarios, informa Europa Press. El próximo miércoles se reanuda el juicio en la Audiencia Provincial.
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