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La gran mentira de Salgado

La ex ministra de economía, Elena Salgado
La ex ministra de economía, Elena Salgadolarazon

Madrid- Contra viento y marea, la ex vicepresidenta primera del Gabinete de Zapatero, Elena Salgado, ha mantenido hasta el último minuto antes de abandonar el Gobierno la puerta abierta al cumplimiento del objetivo de déficit público trazado para este año del 6% del PIB, porcentaje comprometido con Bruselas y que deberá situarse en 2013 en el 3% del PIB para seguir perteneciendo al club del euros. El único interrogrante puesto encima de la mesa por Salgado se refiere a la evolución de las cuentas de los gobiernos autonómicos. Tan segura se ha mostrado estas últimas semanas del resultado de las cuentas que durante los encuentros mantenidos con el PP para el traspaso del poder del Gobierno nunca ha aludido a un posible desfase superior a ese 6%. Es más, no sólo no se ha referido a la cuestión, sino que la ha ocultado deliberadamente, sin aportar documentación alguna sobre el déficit o una eventual desviación de las cuentas de las Administraciones públicas superior al 6% del PIB. Siete días de Gobierno han bastado al PP para levantar las alfombras y detectar un déficit del 8% del PIB, dos puntos por encima del estimado, o lo que es lo mismo, 20.000 millones más de lo esperado. Ante estos números rojos, la vicepresidenta primera no pudo ayer por menos que constatar la evidencia: «un déficit muy sustancialmente superior al esperado». Estas cuentas forzarán al Ejecutivo a conseguir 36.500 millones vía menos gastos o más ingresos para situar el déficit en el 4,4% del PIB en 2012. Ante este escenario nada halagüeño, decidió ayer una no disponibilidad de crédito de 8.900 millones y subidas temporales de impuestos, con las que pretende recaudar 6.275 millones.


¿Cuánto cuesta cada punto de déficit?
- La desviación del déficit público no es una cuestión baladí no sólo para las cuentas de las Administraciones Públicas, sino también para la recuperación económica. Un mayor desfase contable tiene su fiel reflejo en la deuda pública y, por ende, en los gastos financieros imprescindibles para financiar esa deuda pública. Como botón de muestra, cada punto de más de déficit público supone 10.000 millones de euros o lo que es lo mismo, 1.000 millones por décima de déficit.