Burgos

Una nueva oportunidad para Garoña

La veterana central se ha convertido en «moneda de cambio política» entre el Ejecutivo y la oposición.

Una nueva oportunidad para Garoña
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Cuando se cumple un año del polémico anuncio del cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) en 2013, el Gobierno parece dispuesto a replantearse su postura y permitir su funcionamiento más allá de esa fecha, según sugirió ayer el ministro de Industria, Miguel Sebastián. «No hay líneas rojas a la negociación», dijo Sebastián durante la conmemoración del 30º aniversario del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), celebrado ayer en el Senado. En plena forma a los 40Fue precisamente este organismo el que certificó, el año pasado, que la planta burgalesa se encuentra en condiciones de operar con plenas garantías hasta 2019 (las licencias en España se suelen renovar cada diez años). Sin embargo, el Gobierno decidió prorrogar la autorización sólo cuatro años bajo fundamentos estrictamente políticos, es decir, en cumplimiento de su programa electoral, que contempla la sustitución progresiva de la energía nuclear por renovables.Una de las exigencias del PP para alcanzar un pacto de Estado de Energía que impida un mayor encarecimiento de la factura de la luz –las tarifas se han encarecido casi un 30 por ciento en los dos últimos años– es que Garoña funcione más allá de 2013, lo que contribuiría a ello. En este sentido, Sebastián aseguró que se sentará a negociar «esta misma semana» con el ex ministro de Hacienda y actual portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, para discutir aspectos como el «mix energético» –el peso de las fuentes de generación de luz, en el que la nuclear representa un 17%, situándose como la segunda por producción– y «de la lista de temas que aceptan negociar».Cabe resaltar que Garoña, la instalación nuclear más antigua y pequeña de las seis que operan en nuestro país, es la primera que seguirá activa tras superar su teórica «vida útil», estimada en 40 años. Numerosas centrales del mismo diseño han recibido autorizaciones para funcionar 50 o 60 años en países como EE UU.