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Los puentes son buenos por Lucas HAURIE

La Razón
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La intención del flamante gobierno de suprimir los puentes confirma dos cosas: que en política tampoco llueve siempre al gusto de todos y que ni el «sevillano» Cristóbal Montoro ni el pujante PP-A de Javier Arenas miman especialmente los intereses de sus respectivos virreinatos. El adosamiento de los festivos al fin de semana más cercano mejorará, sin duda, la productividad en las industriosas regiones del norte pero es un torpedo para las economías que, como la sevillana, viven esencialmente de los servicios. El caso andaluz puede generar más dudas porque los extranjeros constituyen un importante porcentaje del turismo de costas pero la capital de la autonomía se nutre del turismo nacional. Pese a que la crisis se ha manifestado en toda su crudeza, 2011 ha sido un año aceptable para el sector turístico en la ciudad gracias a los miles de compatriotas que han venido en los diversos «long weekends» regalados por el calendario. Esta desoladora Navidad trasladada al lunes ha sido la prueba de que tres días son pocos para que el viajero, que emplea como mínimo media jornada en la ida y otra media en la vuelta, se decida a venir. Moraleja: toda medida tiene su revés. Moraleja bis: siempre perdemos los mismos.