Bruselas

Empieza el debate del plan de ajuste que puede derribar al Gobierno portugués

El Parlamento portugués comenzó a debatir el cuarto plan de austeridad presentado por el Gobierno socialista para atajar la grave crisis económica que sufre el país y cuyo previsto rechazo puede forzar la dimisión del Ejecutivo.

El primer ministro luso, José Sócrates, asistió al inicio del debate pero abandonó la cámara antes de que interviniera la oposición. En principio no está previsto que tome la palabra y después de la sesión tiene programada una entrevista con el jefe de Estado, el conservador Aníbal Cavaco Silva.

La presentación del plan corresponde a varios ministros del Ejecutivo, el primero de ellos el responsable de Finanzas, Fernando Texeira dos Santos, que inició la sesión parlamentaria con una exposición de las medidas de ajuste y la advertencia de las graves consecuencias financieras que tendría su rechazo.

La oposición conservadora presentó hoy mismo su anunciada moción contra la propuesta económica gubernamental que cierra la puerta a cualquier negociación al incluir su rechazo como único punto.

Desconfianza creciente

El Partido Socialista luso pidió varias veces en los últimos días a los conservadores que presentaran alguna alternativa para negociar las propuestas del Gobierno mientras la desconfianza de los mercados en la economía lusa disparaba los intereses de su deuda por encima del 8 %.

Pero la breve propuesta introducida en la Asamblea Legislativa por el Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), principal de la oposición con 81 de los 230 diputados, sólo plantea el rechazo al Programa de Estabilidad y Crecimiento (PEC) entregado el lunes al Parlamento por el Gobierno.

El PSD reiteró en el debate de hoy sus argumentos contra el PEC, rechazado por no haber sido consultado con la oposición antes de presentarlo a Bruselas y porque impone nuevos sacrificios faltos de "sensibilidad social"y revela, según la formación conservadora, que el Ejecutivo no es capaz de sacar al país de la crisis.

Los conservadores pidieron hoy "seriedad y patriotismo"para frenar la crisis, de la que responsabilizaron a los socialistas que estuvieron los últimos seis años en el poder.
El nuevo PEC amplia, con mayor presión fiscal y recorte de pensiones, las medidas contenidas en las tres versiones anteriores, que fueron negociadas con Bruselas e implicaron subida de impuestos, reducción de salarios, gasto e inversiones del sector público y rebaja de subsidios sociales.

Tanto el PSD como los democratacristianos del CDS-PP, con 21 diputados, y los partidos de tendencia marxista del Parlamento, que tienen en conjunto 31 representantes, han presentado otras propuestas contra el PEC, que sólo cuenta con el apoyo de los 97 diputados socialistas para la votación.