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De vergüenza por Julián García Candau

La Razón
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La Liga española puede presumir de potencial futbolístico superior al de naciones del entorno. La Liga española, que no sólo está compuesta por jugadores españoles, cuenta con algunas de las más grandes figuras mundiales. La Liga española es vergonzante desde el punto de vista económico. Está tan mal administrada que ostenta el récord de deudas con la Hacienda Pública, Seguridad Social y empresas privadas.

Lo que acaba de aflorar, que no es nuevo, que es noticia cada dos o tres años, no es el total del agujero negro de los clubes y sociedades anónimas que componen las categorías profesionales. Entre ellos hay deudas pendientes por traspasos y cesiones. Algunos compran y tardan en pagar lo que no figura en los papeles. Sólo de vez en cuando aparece un presidente quejoso y se planta ante el deudor, aunque no sirva para que el dinero acabe de aparecer en las cuentas de los clubes vendedores.

Las cifras publicadas no incluyen las facturas impagadas a todo tipo de proveedores. Las agencias de viajes y los hoteles, más de una vez, se convierten en patrocinadores sin compensación en las camisetas. El fútbol español está podrido y por más que ahora el secretario de Estado para el Deporte anuncie solución para el pago a Hacienda y Seguridad Social, ello no es posible.

Ni siquiera los planes de saneamiento han servido para gran cosa. Y, encima, las sociedades anónimas no han sido solución. Tampoco los caballos blancos que han anunciado la dotación de miles de millones han sido realmente benefactores. Hasta un jeque se ha especializado en retrasar el pago del IVA y similares.

Posdata. Los clubes tienen razón en oponerse al partido televisado en abierto.