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«El gran problema que tenemos es que somos cautivos de la movilidad»

Augura una etapa de reflexión sobre el formato de ciudad tras agotar el modelo del siglo XX a fin de recuperar el espacio perdido por los ciudadanos

«El gran problema que tenemos es que somos cautivos de la movilidad»
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SEVILLA- Cada vez que los políticos se sientan para presentar un plan urbanístico las propuestas y las desilusiones van cogidas de la mano. La ciudad del siglo XXI necesita de un nuevo modelo integral que deje de lado las soluciones parciales. José Luis Cañavate, prestigioso urbanista internacional y redactor de planes sobre la bicicleta en Sevilla, reflexiona sobre la ciudad que tendremos que construir y los errores cometidos en los últimos años.

–¿Qué ha pasado para que nuestras ciudades ya no nos sirvan?
–Ha habido una disfunción seria en las políticas urbanistas de los últimos veinte años que han generado unos procesos que necesitan de una solución muy compleja. Hemos pasado de una ciudad que se movía en distancias razonables a unas que tienen unas distancias que son incapaces de pagar. Hemos conseguido que todo esté lejos y eso tiene unos costos generales (tiempo, cultura o desorganización) que son inasumibles. Por eso, creo que las políticas de movilidad, asociadas a la peatonalización, hoy día son un recurso artificioso. Queremos recrear una ciudad que teníamos, pero que no es real. Todos queremos recuperar cosas pero no hay diálogo.

–Entonces, quitar los coches del centro no es la solución.
–Desde luego no es ni la única solución ni es como se está expresando. En las ciudades sobran coches pero no es el enfoque del problema. La ciudades deben contraerse, de forma que las necesidades de desplazamiento deben solucionarse con transporte público. No se puede poner una superficie comercial que atraiga a 25.000 personas un fin de semana sin una red de transporte público coherente. Todas estas demandas de viaje obligado deben tener un sistema de transporte sostenible. Al igual que no se puede expulsar al comercio de las ciudades. Hemos transformado la palabra libertad de la movilidad en cautividad de la movilidad. El gran problema que tenemos es que somos cautivos de la movilidad.

–¿Por dónde irá el nuevo modelo de las ciudades?
–Hay que volver a las ciudades de escala humana y hay que reciclar los recursos que tenemos. Hoy en día si una carretera no nos sirve lo que hacemos es construir otra. Dentro de la ciudad, la mitad de la gente va andando a los sitios, por lo que los recursos de viarios deberían enfocarse hacia los peatones al menos en un 50%. A ello lo debe acompañar una optimización del sistema de transporte colectivo.

–¿No cree que esto de lo que hablamos, el urbanismo y la movilidad, se ha convertido en una herramienta para lograr votos, como en su día fueron los palacios de congresos, los auditorios o los estadios de fútbol?
–Creo que hemos sido todos culpables. Políticos, profesionales y ciudadanos tenemos responsabilidad. Está claro que se han utilizado en el sentido que dice, pero en todos los ámbitos. Me gustaría que todos diéramos un paso atrás para reconocer lo que hemos hecho. Sobre todo, por lo que nos viene ahora.

–Poner cámaras o medidas coercitivas tampoco nos ha funcionado. ¿Se ha acabado el tiempo de imponer sanciones?
–No, yo creo que han sido iniciativas muy buenas. De hecho, la experiencia que teníamos de otras ciudades europeas así lo han corroborado. Teníamos un «handicap» de concienciación ciudadana que, en condiciones normales, es asumido por una generación, pero que nosotros teníamos que hacer en menos años.

–¿Por qué lo que funciona en Munich no sirve en Sevilla?
–Yo creo que sí funciona y se ha logrado en menos tiempo que allí. Lo que pasa es que vemos que eso marcha muy bien y lo que queremos es que vaya todo más rápido. Pero tenemos un problema más grave que son las ciudades metropolitanas, que no están controladas por nadie.

–Ahora se está protegiendo mucho el casco histórico. ¿Eso es una limitación?
–El cuidado de los cascos históricos tiene que ampliarse al centro de la ciudad, que es donde todos los ciudadanos desarrollan realmente su vida.


EL PERSONAJE
Amabilidad a la holandesa

Formado en Amsterdam, José Luis Cañavate se ha convertido en una de las personalidades clave para entender el moderno urbanismo sostenible tanto en Andalucía como en España. Autor de un gran número de proyectos de carácter nacional e internacional, mantiene que el modelo actual de las ciudades está obsoleto y que hay que volver a repensar dónde y de qué manera queremos vivir. Como experto en movilidad, no cree que quitar los coches sea la única solución, por lo que defiende una ciudad más amable con su vecinos que vuelva a su forma tradicional tras una expansión desorbitada.