OPINIÓN: Desactiven a Serrano

La cornada a Francisco Serrano se la han dado con toda la mala leche del mundo. En una sentencia cogida por los pelos, el comisario político del TSJA lo insta a pedir el indulto para que mantenga su condición de magistrado. Pero claro, toda petición de clemencia lleva implícita el reconocimiento de la culpabilidad. Queda la vía del recurso, la que tomó otro juez ejemplar purgado por la progresía judicial. Pero hay que tener mucha fuerza, y capacidad económica, para embarcarse en la pelea de una década que libró Gómez de Liaño para ver restituido su buen nombre por un tribunal europeo. Ningún abogado creía en la culpabilidad de Serrano pero todos los conocedores de las cloacas de los juzgados se temían la jugarreta: ya está en la picota con el cartel de «prevaricador» colgado para que una legión de feminazis le escupa improperios a voluntad. Y queda expuesto al público escarnio como advertencia para cuantos osen enfrentarse a este infame lobby. Como no se significa con ningún partido, tampoco puede esperar ayuda de los de enfrente. Es un personaje nada cómodo con los imperdonables vicios de pensar con libertad y actuar en conciencia. O sea, sin sitio en la Justicia española.