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Por exceso por Enrique Quemada

La Razón
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La pasada semana fueron quince de los mayores bancos del mundo. Ahora son los nuestros los que sufren la rebaja de calificación. Esta bajada global de notas se justificó por la incertidumbre en la economía mundial y las restricciones de acceso a los mercados de capitales. Está claro que tras su pésima gestión en la calificación del riesgo hasta agosto de 2007, las agencias prefieren curarse en salud para evitar caer de nuevo en la complacencia.

También la semana pasada fueron castigados 26 bancos italianos por la vulnerabilidad que atraviesa la eurozona y los riesgos de que la unión política no avance adecuadamente, lo que dejaría a estos bancos muy expuestos a los bonos de un Estado italiano con riesgo de ser intervenido.

Nuestros bancos entonces se libraron a la espera de los informes contratados por el Gobierno de las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman. Una vez publicados, la banca española recibe un nuevo castigo.

Tras la rebaja el 13 de junio de tres escalones en el rating del país, situándonos así con perspectiva negativa, la rebaja de calificación de los bancos nacionales era de esperar. Si se rebaja la calificación de un Estado, que suele ser considerado el activo más seguro, es normal que baje la calificación de empresas y bancos de ese país, pues su riesgo suele estar calculado a partir del riesgo país más un diferencial. Por esa razón, el castigo es superior para bancos centrados en el mercado interior que para aquellos diversificados internacionalmente.

Enrique Quemada
Consejero delegado de ONEtoONE