El recuento de pérdidas por la «huelga salvaje» se eleva ya a 1000 millones

Madrid- La crisis de los controladores agravará, de forma brutal, la que sufre el país y uno de sus pilares, el turismo, con un montante escalofriante de pérdidas que podrían elevarse hasta los mil millones de euros.
Si bien los primeros cálculos ya apuntan a pérdidas reales de 400 millones, el sector matiza que sólo se han tomado en consideración los afectados en España, es decir, si se suma el coste ocasionado para las compañías «tocadas» fuera de nuestras fronteras y para los usuarios que no han podido entrar en nuestro país y se vieron obligados a permanecer en las capitales vecinas, de Francia o Portugal, la cantidad se dispara: mil millones de euros.
Perjuicio para usuarios, hoteles, agencias de viajes, o compañías aéreas y de transporte, que pese a la vuelta a la normalidad en los aeropuertos, no serán capaces de desviar la factura.
 El caos vivido el pasado fin de semana en nuestros aeropuertos, con 650.000 afectados, coleará y promete demandas para Aena por un importe que se prevée de hasta 6.000 millones de euros. El sector teme además que la imagen de España, dañada por lo ocurrido, suponga meses de castigo para el sector, tiempo de normalización y de recuperación que según las cadenas hoteleras haría preocupante los daños a largo plazo.
Consecuencias de la huelga de un colectivo que ha dañado las cuentas y las expectativas de todos los agentes del sector. Sólo las aerolíneas han perdido una media de 80 millones diarios durante la crisis aérea y aunque deberán sorportar las reclamaciones y reembolsos de los usuarios, se consideran tan víctimas como los propios viajeros. En cualquier caso la cifra de pérdidas podría continuar al alza, porque el consumidor dispone de quince días para el reembolso del billete, lo que agrandaría el agujero para las compañías. El sector se plantea así exigir responsabilidades y recuperar unos costes que entiende, no le correspondían, según la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (Aceta). La crisis aérea ha llevado por ejemplo a Iberia, la mayor aerolínea española, a contar de manera imprevista con que 4.000 clientes alojados en distintos hoteles, pedían ser acoplados en los vuelos, y por consiguiente, a reforzar en un 30% su plantilla.