El motor alemán se gripa

Madrid- La economía alemana se ha visto beneficiada en los últimos tiempos al financiearse prácticamente gratis. Sin embargo, sus datos macroeconómicos son cada vez peores, como también los síntomas del Bundestag (Parlamento alemán) y los de la canciller germana Angela Merkel. Las exportaciones teutonas, uno de los ejes fundamentales de la economía del país, registró en junio un retroceso del 1,5% respecto al mes anterior, según informa la Oficina Federal. Por otro lado, la producción industrial alemana cayó un 0,9% en junio respecto al mes de mayo y los pedidos industriales concretamente un 1,7% en el sexto mes del año frente al mes anterior. En todo el año acumula un retroceso del 7,8%, algo preocupante al ser el principal medidor de la economía alemana. La crisis está teniendo un impacto negativo en la confianza empresarial y está reduciendo la inversión según informa el Instituto de Economía Mundial de Alemania. Pero esto no afecta a las grandes empresas. Allianz aumentó su beneficio el 60% el primer trimestre y Volkwagen y BMW superaron sus previsiones.

La economía alemana creció un 0,5% el primer trimestre, pero este organismo predijo que las dinámicas de crecimiento para el resto del año serán más débiles y rebajó su pronóstico un 0,2% para el PIB en 2013, que finalmente aumentará un 1,7%. El Instituto consideró que los beneficios para la economía alemana por las bajas tasas de interés se mantendrán ingñuso en mayor medida durante el año 2013, siempre y cuando la crisis de deuda de la zona euro no se agudice más.

La agencia de calificación Fitch mantenía ayer la máxima nota de «triple A» de Alemania con perspectiva estable. Sin embargo, el pasado 23 de julio Moody´s amenazaba la triple A alemana, holandesa y luxemburguesa, tres de las cuatro que mantienen esa nota en la Unión Europea. Sólo permanecía intocable la finlandesa al pedir 770 millones a España a cambio de aportar dinero para la ayuda a financiera. Alemania, esa gran economía a la que nunca llegaría la crisis, se ve afectada ligeramente por los malos datos de sus socios europeos. En septiembre el Parlamento alemán tiene que dar el visto bueno al FEEF (Fondo de Estabilidad Financiera) y será quien tenga la llave del futuro del euro. Además, la unión bancaria sería un gran paso para que exista un supervisor común y el rescate a bancos no compute como deuda soberana. Se espera que estos datos negativos aceleren la actuación de Alemania.