Alternativas por Ramón Sarmiento

El problema surge cuando una sociedad empieza a desestructurarse y a ser insolidaria. En estos casos, el diagnóstico es claro: falla el motor. Y, como ocurre con un coche con fallos frecuentes, lo aconsejable es el cambio para evitar quebrantos económicos al propietario. «Cambio» es la primera palabra que en el Diccionario de Uso de María Moliner aparece relacionada con «alternativa». Aplicada a esta situación, significa que el Estado debe ser el motor e inductor de las reformas necesarias; y está siendo el obstáculo.

El primer problema que aqueja a España desde hace varios años es el paro endémico. El segundo es el mercado de la deuda pública y de las CC AA. El tercero es el sistema bancario que ha de hacer una valoración a la baja de su cartera inmobiliaria. El cuarto es el modelo organizativo del Estado en CC AA y corporaciones locales. Necesita reformas estructurales para evitar su colapso y quiebra total. Y el último es la clase política y la sindical: no han sabido dar solución a los problemas que venimos acumulando durante años, en especial en los últimos seis. Por ello, aquí y ahora, la única alternativa que hay es elecciones generales. Si algo no funciona, cambia.