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Un auditor afirma que no hay pagos que coincidan con prendas para Camps
VALENCIA- El auditor de Forever Young, Arturo Alfonso Cenjor, aseguró ayer en su declaración, en condición de perito, que no existen documentos que identifiquen el pago de importes exactos por empresas de la «Gürtel» de prendas para el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, y para el exsecretario general del PPCV, Ricardo Costa.
Explicó que en los documentos analizados, entre ellos en el manuscrito en el que aparece el nombre de Francisco Camps y se le atribuye una deuda de 5.000 euros, no se ha saldado con un pago concreto, sino siempre de manera global.
La misma circunstancia se produce en el caso de Costa. A él se le relaciona con prendas por valor de 4.920 euros, pero no hay ningún importe que corresponda con tal deuda, ni tiques de venta con su nombre.
Arturo Alfonso elaboró un informe a petición del propietario de Forever Young, Eduardo Hinojosa, para que analizase las facturas falsas existentes en su tienda, ante la sospecha de que el encargado de ventas de la misma, el sastre José Tomás, ordenaba la confección de facturas con conceptos falsos.
A preguntas de la acusación popular tuvo que admitir que tal documento iba destinado a ser incluido en la denuncia que Hinojosa interpuso a Tomás por la elaboración de estas facturas.
También corroboró la versión de otros testigos que le contaron que era Tomás el que daba la orden de realizarlas. Como también explicaron esta semana los peritos de Hacienda, que el objetivo de las mismas era conseguir desgravación fiscal por conceptos como metros de tela, productos que sí que desgravan en las empresas.
Y como ya ocurrió en la sesión del miércoles, la definición de facturas falsas levantó a la sala del sopor al que le sometió esta sesión plagada, una vez más, de tiques y números.
Fue el abogado de la acusación particular, Virgilo Latorre, el que instigó en repetidas ocasiones sobre qué es una factura falsa. La presión fue tal, que el magistrado presidente Climent tuvo que intervenir. Al final, la conclusión fue la de siempre, una factura es falsa, aunque se pague, si el concepto no es real.
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