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Un lavado de cara para Sanidad por Sergio ALONSO

Un lavado de cara para Sanidad, por Sergio ALONSO
Un lavado de cara para Sanidad, por Sergio ALONSOlarazon

Puestos a exigir recortes y sacrificios en aras de la sostenibilidad, el Ministerio de Trinidad Jiménez podría pregonar con el ejemplo y empezar a reestructurarse a sí mismo: pocas veces como hasta ahora hubo una estructura administrativa tan sobredimensionada para tan pobres resultados. Al margen de la rama dedicada a la Política Social, que daría para más de una columna como ésta, la parte sanitaria del Ministerio presenta ineficiencias incomprensibles en estos tiempos de crisis. Desde luego, no basta con la acertada supresión de la estéril Dirección General de Recursos Humanos y de la Dirección General de Terapias Génicas, creada por el exclusivo capricho de Bernat Soria.

La Subsecretaría, por ejemplo, carece por completo de competencias, al acapararlas todas la Secretaría General de José Martínez Olmos, mientras que el Consejo Asesor ni se reúne ni asesora, como ya sucedía en épocas pasadas. Pero lo más llamativo es el elevado rango que sigue manteniendo la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, equiparable en el organigrama oficial al que ostenta la todopoderosa Secretaría General. No es por menospreciar el trabajo de Roberto Sabrido, pero no cabe en cabeza de nadie que con el volumen de actividad que mantiene, este órgano figure muy por encima en el escalafón de otro equiparable que debería desarrollar un labor frenética para ganar competitividad frente a otros entes similares en Europa: la Agencia Española del Medicamento.

El Ministerio debe, pues, someterse a un completo lavado de cara, acabar con la multicefalia y suprimir asesores y puestos estériles. Tendría así legitimidad para exigir luego un esfuerzo similar a las Consejerías autonómicas.