Pere gasta la pera

Pere Navarro, el director general de Tráfico, ha gastado más de un millón de euros en cambiarse el despacho y su capricho es reincidente. Ya es la segunda vez que Pere Navarro se cambia el despacho desde que es director de Tráfico.
Y uno no puede evitar acordarse, ante este clamoroso caso de redecoración compulsiva, de todo el numerito que nos ha montado este Gobierno con el límite de la velocidad para ahorrar unos euritos que finalmente no ahorramos porque se nos fueron en pegatinas. Yo no sé con exactitud si Pere Navarro cambia su despacho a 120 kilómetros a la hora o 110.
Sé que su debilidad por la estética del hábitat laboral se encuentra sometida a un movimiento uniformemente acelerado. Y sé que para ese tipo de infracciones que no se hallan contempladas en el Código Penal también tendría que haber, en la España de la crisis y de los cinco millones de parados, unas buenas multas como las que él nos pone a nosotros con su iniciativa del carné por puntos.
También debería haber un carné por puntos para los políticos y los cargos públicos, para los que se exceden no solamente en el alcohol y en la velocidad, sino en el gasto, para los Peres que se gastan la pera en la poltrona, para esta España que hemos conocido de los Barredas con coche oficial de 400.000 euros y de las Bibianas que subvencionaban mapas de excitación erótica del clítoris en nombre de la Igualdad.
Para la resaca de este zapaterismo que se ha quedado sin Zapatero.