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La guerra de los Rose por Carmen Gurruchaga

La Razón
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Un amigo del PSOE que tuvo mucho que ver en la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general en aquel famoso congreso en el que Bono resultó derrotado me decía hace unos días: «Se equivocarán si se empeñan en pelear por un quítate tú para que me ponga yo». Argumentaba, y es un experto, que un partido que ha perdido su suelo electoral debe debatir quién es y hacia dónde va antes que discutir sobre quién será el futuro líder.

Pero parece que esta opción no entra en los cálculos de ninguno de los dos dirigentes socialistas, que de momento han presentado su candidatura a la secretaría general para el cónclave que tendrá lugar en Sevilla el próximo mes de febrero. Su postura se asemeja más a la que se narraba en aquella dramática película: «La guerra de los Rose», en la que los dos integrantes de la pareja estaban dispuestos a destruir la casa común antes de que el otro se quedara con ella.

Y es que si Chacón propone primarias, a Rubalcaba le falta tiempo para enmendarle la plana, a pesar de que él utilizó toda clase de tretas para evitar enfrentarse a la ex ministra de Defensa en unas primarias para decidir cuál de los dos dirigentes habría de ser el candidato a la generales contra Rajoy el pasado 20-N.

Resulta nada plausible que dos protagonistas de la debacle socialista pretendan ser las personas que vayan a salvar al partido del desastre. Si estaban ahí y fueron copartícipes de los graves errores, deberían hacer mutis por el foro. ¿No sería mejor que apareciera alguien ajeno a la vieja guardia o a la familia de Zapatero? Ahí podría estar la refundación del PSOE.