El dedo en la llaga de los médicos por Sergio ALONSO

Manuel Díaz-Rubio, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina y uno de los mejores facultativos de este país, ha puesto el dedo en la llaga. Los colegios profesionales han perdido gran parte de su crédito entre la sociedad y entre los médicos en general, y su papel está más que nunca en entredicho, ha venido a decir. Como no podía ser menos, dichas afirmaciones han levantado ampollas en algunas de las corporaciones profesionales de derecho público que existen en España. Sobre todo, en el seno de la discutida Organización Médica Colegial (OMC).

Sin embargo, no hacen sino recoger el sentir general de prestigiosos médicos españoles y de históricos dirigentes de organizaciones sanitarias, que llevan meses quejándose de la pérdida de identidad de dichas corporaciones y del continuo alejamiento de los fines para los que fueron creadas. Un buen ejemplo es la ya citada OMC, que hace tiempo quiso jugar a sociedad científica y respaldar la ley del vino dictada por la misma ministra que hoy, desde Economía, está a punto de dar la puntilla a las corporaciones: Elena Salgado. Pero los casos son variados y afectan a muchas provincias. En pocas, por no decir ninguna corporación, sus dirigentes aceptaron, en solidaridad con sus compañeros, rebajarse las retribuciones o las dietas un 7 por ciento, después de que el Gobierno aplicara a los facultativos un tijeretazo salvaje en sus salarios. Pocos, por no decir ninguno, ha hecho los deberes ni sabido adaptarse a las necesidades de la sanidad moderna. Y pocos, bien pocos, han plantado cara a las autoridades ante sus injerencias en la prescripción de fármacos. Los médicos pierden poder y sus corporaciones languidecen entre las sombras de la estocada definitiva que ultima el Ministerio de Economía.