Jubilación

Las barbas del vecino

La Razón
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El mundo vivió muchos años por encima de sus posibilidades. El dinero era muy barato, para los particulares, las empresas y los estados. No había límite. Es interesante comprobar que las crisis se repiten con monótona insistencia y sirven para limpiar el capitalismo. Desde la burbuja especulativa de los tulipanes hasta hoy, los historiadores y economistas han analizado el fenómeno sin que haya servido de escarmiento. Unas crisis son territoriales, otras globales, pero responden a una codicia sin límites. Los prudentes o los que tienen la suerte de retirarse a tiempo aprovechan la oportunidad para aumentar sus beneficios mientras parece que el mundo se desmorona. No tengo ninguna duda de que una vez que se supere la crisis habremos aprendido poco, aunque creamos lo contrario, y dentro de unos años se repetirá. Un aspecto preocupante son los especuladores y los rescatadores. Cuanto más se habla de los problemas de un país mayores beneficios obtienen los primeros hasta que aparecen los segundos que hasta ese momento han sido indolentes.