Serbia amenaza desde el banquillo

Dusan Ivkovic es un seleccionador atípico. Cuando le fichó el Olympiacos a mediados de los noventa su principal preocupación era si podía llevarse a Grecia su colección de palomas mensajeras. Ivkovic es aficionado a la colombofilia y a coleccionar éxitos con la antigua Yugoslavia y la nueva selección serbia. Tres veces campeón de Europa (1989, 1991 y 1995), campeón del mundo (1990) y dos platas olímpicas (1988 y 1996). Ese palmarés sirvió para que se le encomendara la misión de revitalizar el baloncesto serbio después de la debacle en el Eurobasket de Belgrado'07. Ivkovic aceptó el cargo y en su primera competición internacional, el pasado Campeonato de Europa, fue plata al caer en la final ante España.

La misión de Ivkovic tiene una fecha límite: los Juegos de Londres 2012. Allí entregará el relevo a Zeljko Obradovic, con los «plavi» otra vez instalados en la élite. «Podemos jugar mucho mejor que en la final del Eurobasket y ahora no tenemos nada que perder», asegura.

Serbia es prácticamente el mismo equipo que el año pasado en Katowice. Tienen un año más de experiencia, son mejores jugadores, pero sus dos líderes siguen siendo Teodosic y Krstic. El base es el alma del grupo. En el partido de octavos ante Croacia tuvo su peor día en Turquía. Se especula con que tiene un dedo de la mano derecha roto, pero en el vestuario español nadie se lo cree. El pívot es la referencia interior. Ambos fueron protagonistas directos en la multitudinaria pelea ante Grecia antes del Mundial. Krstic fue el autor del sillazo y Teodosic, el que empezó el combate con Fotsis.

En España falta Gasol, pero la campeona de Europa y del mundo siente que ha llegado al momento decisivo del campeonato en el mejor momento posible. Pau, que hoy ejercerá de comentarista, llegó ayer a Estambul y se alojó en un hotel diferente al de la Selección. Sus «hermanos», Navarro y Marc, fueron los primeros en recibirle. «Ahora es cuando hay que estar bien. Serbia lleva muy buen campeonato, pero creo que nuestro equipo tiene más experiencia, más profundidad y más calidad que Serbia», comentó la «única» diferencia de España con el equipo que conquistó el Eurobasket. Los problemas físicos en el grupo de Sergio Scariolo son pasado. La espalda no molesta a Navarro; el cuello ha dejado tranquilo a Reyes; Marc se ha olvidado de la meningitis; Garbsajosa ya no tiene dolores... El equipo tiene ganas de volver a competir y demostrar a Serbia quién sigue siendo el campeón del mundo y de Europa.