Sevilla
Djokovic la tercera vía
Una final de un «Grand Slam» que se resuelve en tres sets y en la que el derrotado sólo es capaz de sumar nueve juegos (6-4, 6-2 y 6-3, en 2 horas y 39 minutos) nunca puede ser un partido para recordar. Novak Djokovic logró su segundo «grande» –el otro también fue en Australia, hace tres años– a costa de Andy Murray
Si alguna raqueta parece capaz de discutir el dominio de Nadal y Federer, ésa es la del serbio. En Australia ha dominado el torneo con una autoridad como sólo han demostrado el español y el suizo. A medida que avanzaba la competición, sus victorias eran más concluyentes. La final no fue una excepción. Tres sets en cuartos, otros tres en semifinales y más de lo mismo en la final. El escocés sigue teniendo pendiente mostrar su mejor nivel en las citas más exigentes. Cuanto más hay en juego, más lejos está del tenis que se le adivina.
En la ATP hay jugadores a los que la Copa Davis les ha cambiado la vida. El caso más cercano es el de Nadal con la final de 2004 en Sevilla. Rafa derrotó a Roddick, el número uno yanqui, y desde entonces no ha parado de crecer. «Nole» ha vivido una experiencia similar más tarde, con 23 años. En diciembre conquistó la primera Ensaladera para Serbia y esa victoria le ha servido para sentirse más fuerte mentalmente. No ha cambiado de entrenador, sigue con Marian Vadja, su técnico desde 2006; su repertorio de golpes es amplísimo... pero él se siente un jugador diferente. «Tengo más experiencia y soy mejor de lo que era hace tres años porque físicamente estoy fuerte, soy más rápido y mentalmente estoy más motivado. Sé cómo reaccionar y jugar en un gran escenario».
Ese cambio es el que tiene pendiente Andy Murray. Entre su carácter y el cansancio –el físico jamás ha sido su fuerte– que acumulaba de la semifinal ante Ferrer, nunca estuvo en la final. Djokovic lo tuvo fácil y propinó la tercera derrota en otras tantas finales de «Grand Slam» para el escocés.
«Nole» tiene ahora por delante la obligación de confirmarse como la alternativa más fiable al dúo Nadal-Federer. Hoy amanecerá a apenas 100 puntos del número dos del mundo y para seguir progresando deberá abandonar la irregularidad que acostumbra a mostrar su tenis y que en 2010 se tradujo en dos títulos menores, Pekín y Dubai. Djokovic asegura que las cosas fuera de la cancha ahora marchan como deben. «Me he centrado y eso se refleja en el tenis», dice después de que el sábado desmintiera cualquier relación con Ana Ivanovic, una habitual de su palco. «Será número uno del mundo este año», ha afirmado Bogdan Obradovic, el capitán serbio de la Davis. Quizá no sea para tanto, pero «Nole» ya se ha postulado como la tercera vía.
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