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Ediciones españolas

La Razón
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Sorprende la gran cantidad de publicaciones de artistas españoles o producidas en España que se han editado en las últimas semanas. La lista es casi interminable: «La Bruja» de Chapí, el recital de Ainhoa Arteta, la «Melancolía» de Patricia Petibon con Pons y la ONE, el álbum del Coro Nacional Español, las «Noches en los jardines de España» de Achúcarro con Rattle o Perianes con Pons, los «Gurrelieder» con Pons y la JONDE, los cds de los Cuartetos Quiroga y Casals… hasta la peculiar ópera «Las horas vacías» de Ricardo Llorca en la que participan Laura Alonso Padín y Rosa Torres Pardo con la New York Opera Society Orchestra. Parecía que el mundo de la fonografía comercial se acababa y que la crisis no vendría sino a darle la puntilla, pero ya ven.
Este tipo de publicaciones se encuentran con muchos problemas por delante. De entrada, ya prácticamente no quedan puntos de venta físicos y los pocos supervivientes –Corte Inglés incluido- se quejan de la falta de suministro de muchos de ellos, y es que sus necesariamente limitadas ediciones hacen imposible una distribución amplia que, de otro lado, no sería nada rentable. Hasta una tienda que debía funcionar bien, como la de Diverdi en el Teatro Real, ha de reducir su horario de actividad. Y, si no se ven las carátulas en los escaparates, ¿cómo hacer que el público se entere de su existencia? Prácticamente sólo quedan las revistas musicales especializadas y los anuncios que algunos grandes almacenes colocan en la prensa escrita diaria, pero éstos, por su propia naturaleza, se centran en productos más masivos que muchos de los citados al inicio. Internet será un día la solución cuando de una vez algunos entiendan sus claves, pero hoy día casi es más un problema adicional.
Varias de estas publicaciones han sido financiadas por los propios artistas u organizaciones musicales y las grandes firmas discográficas arriesgan poco porque sólo corren con su distribución, aunque en cualquier caso es de alabar iniciativa y esfuerzo de unos y otros en estos tiempos tan revueltos, y vaya para todos ellos nuestros mejores deseos para que no pierdan hasta la camisa en el intento.