Barcelona
Un gen explica la persistencia en adultos de la hiperactividad
Los niños con déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tendrán entre un 60 y 70% de probabilidades de mantener este transtorno durante su etapa adulta si tienen el gen LPHN3 (Latrofilina 3), vinculado a la persistencia de este desorden, según un estudio del Instituto de Investigación de la Vall d'Hebron.
La investigación, en la que también ha participado el Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de la Vall d'Hebron, evidencia la vinculación de esta variante genética con la persistencia de la enfermedad en adulto, ha informado la Generalitat de Cataluña por medio de una nota de prensa. Los resultados del estudio, publicado en la revista "Genes, Brain and Behavior", muestran que la genética tiene un papel esencial como sustrato en el desarrollo del TDAH y corroboran la existencia de bases genéticas comunes entre este transtorno en niños y el TDAH en la etapa adulta.
Resultados previos de este grupo de investigación confirmaron la asociación entre el gen LPHN3 y el TDAH en el análisis contrastado de 2.627 casos y 2.531 controles de diferentes poblaciones: Colombia, Estados Unidos, Alemania, Estado Español y Noruega. La investigación del Institut de Recerca de la Vall d'Hebron (VHIR) es importante porque corrobora que este gen amplia la susceptibilidad del paciente a continuar sufriendo en la etapa adulta este trastorno y en concreto, el llamado subtipo de TDAH combinado. De este modo, los resultados de la investigación, obtenidos a partir del estudio de muestras de 334 pacientes y 334 controles adultos entre 2004 y 2008, "podrían ser claves en el futuro en la prevención y el pronóstico de la enfermedad", explica el doctor Josep Antoni Ramos-Quiroga, miembro del grupo de Psiquiatría y salud mental del VHIR. "Nos podrían permitir identificar a priori en qué jóvenes afectados por TDAH persistirá la enfermedad cuando sean mayores", añade el responsable de la línea de investigación de TDAH.
Gracias a estos resultados, se conoce que el gen LPHN3 amplía la lista de genes que aumentan la susceptibilidad del individuo a sufrir este trastorno y da más fuerza a la hipótesis de que el TDAH no es una enfermedad circunscrita a la edad infantil, sino que persiste hasta la edad adulta porque la persona tiene este gen. A pesar de ello, explican los autores, aunque el origen del TDAH es mayoritariamente genético y tener el gen predispone a la persona a sufrir la enfermedad, ello no conlleva necesariamente que el individuo la termine desarrollando. No sólo la carga genética influye, sino que hay un origen multifactorial: ambientals (fumar durante el embarazo, por ejemplo) o de desarrollo (alteraciones de los niveles de algunos neurotransmisores del cerebro como la dopamina) que, en combinación con los factores genéticos, pueden hacer "despertar"la enfermedad.
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