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Lola Herrera se atreve con la moda por Jesús Mariñas
El debut de Lola Herrera como diseñadora fue un auténtico éxito de los que ya no recuerdan ni los más viejos del lugar. Herrera estuvo impecable, lució un traje de color arena combinado con un ampuloso abrigo marrón chocolate, todo rematado con un lazo al cuello. A su lado, inseparable, estuvo Carmen Maura, a la que conoció en profundidad cuando rodaron la serie «Las chicas de oro». Los Ostos pedían aire, ya que había demasiada gente y tuve que sacar a Natalia Figueroa prácticamente asfixiada, y su hija Alejandra Martos –que lucía una favorecedora melena recortada– nos siguió hasta la salida. Natalia es una buena amiga de Lola desde que ésta salió con Vicente Parra.
La imponente Teresa Berganza anunció que deja El Escorial ante Alicia Senovilla y Enrique Cornejo, que tampoco quisieron perderse la presentación de Bababa, la línea de moda «para señoras de mi edad», dijo Herrera, y que seguramente entusiasmará a Carmen Cervera. Lo confesó repasando batines caracterizados por su amplio cuello, como el multicolor lucido por Maura en «El hormiguero». Durante el programa, confesó un desplante que Depardieu le hizo en su día. No lo olvida: «Dejé de ver sus películas y considerarlo un ídolo porque se negó a darme la réplica». La actriz se mostró cómplice con Marisa Paredes, refugiada en un vestido de lino blanco. Joaquín Torres se excusó con un «Volveremos cuando esté sin gente para verlo con calma», mientras Jaime Ostos comentaba que los hijos de Curro Vázquez estrenan caseta VIP en la feria fallera. Joaquín Kremel, muy rejuvenecido, y su esposa Julia se encontraban en un rincón junto a Juan Pedro Fernández, que evitó pronunciarse sobre la serie de Isabel Pantoja, que genera tanta polémica como la vestimenta antiluto de algunos familiares en el entierro de Ana Medinaceli. No fue el caso de la elegancia genética de Ana Gamazo. Tampoco el de su sobrina Flavia de Hohenlohe, hija de la finada, que era lo más agradable del clan ducal, igual que sus hermanos Marco –futuro duque cuando la abuela Mimi desaparezca– y Pablo.
Pero sigamos con la presentación de Herrera, respaldada por María Ángeles Cáceres, su peluquera, que también lo es de Elena Salgado y Cayetana Guillén, fiel a las extensiones. Nada se escapó a su curiosidad, ni siquiera el entusiasmo de Natalia Dicenta recogiéndolo todo en su camarita, «es mi familia», gritó a su hermano Dani, irreconocible bajo una visera. Tampoco quitó ojo a la imponente Norma Duval, que me anticipó su nuevo fichaje por una firma cosmética. La vi, entusiasmada, como a Beatriz Trapote, emparejada a José Manuel Parada, nuevamente con el pelo platino tras un mes en Río de Janeiro. Él estaba exultante junto a la bellísima futura señora Janeiro, una belleza comparable a la de Patricia Vico, a quien le costará hacer olvidar su televisiva recreación de Carmen Ordóñez.
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