Historia

Cataluña

F Marhuenda: «La Constitución deja claro que sólo hay una nación»

Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN
Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓNlarazon

MADRID- En opinión de Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN, el debate sobre la identidad apasiona al español tanto «como los deportes nacionales». Naciones y soberanías, explica, «tienen su raíz en las tres grandes revoluciones que se producen en el siglo XVIII: la inglesa, la francesa y la americana». En el siglo posterior, explica, Mancini define el principio de las nacionalidades: «Toda nación tiene derecho a organizarse en un Estado soberano e independiente», lo que aplicado a nuestro país «va a ser interpretado de formas distintas», desembocando incluso en conflictos como la Guerra Carlista o la Guerra Civil, «va a devenir en nacionalismo e independentismo», la Historia se mitifica «en Cataluña y en el País Vasco» aunque, por ejemplo, «Cataluña nunca ha existido como nación independiente».Llegamos de esa realidad a «una concepción moderna y actual, donde nuestra Constitución recoge lo que es la realidad; un solo sujeto de soberanía, España, el pueblo español, y unas regiones, que no es soberanía compartida».Marhuenda considera nuestra Carta Magna «una buena Constitución, moderna y positiva», aunque deja abierto «demasiado» el modelo territorial y califica «el peor de los errores» que «deje la educación a las autonomías». Afirma que aunque establece de modo «muy claro el tema de naciones y regiones», si hubiera definido un modelo cerrado «nos abríamos ahorrado algún problema». «¿Qué es España, por tanto?», se pregunta: «Un Estado de las autonomías muy devaluado».Critica la «debilidad de los grandes partidos», una «fuerte partitocracia» que ha llegado a «enormes concesiones». Cree que debería haber «un acuerdo entre los grandes partidos y que nunca más se vuelva a producir un Estatuto como el de Cataluña, sin consenso de los dos grandes partidos. Si este Estatuto es considerado constitucional, asistiremos por la vía de una reforma estatutaria a una mutación constitucional de proporciones inconmensurables».