Yolanda Arestegui: «La fidelidad hace que me sienta bien»

–«Sé infiel y no mires con quién». ¿Usted mira...?
–Siempre he mirado y me ha ido bien. Soy una mujer de suerte.

–Hoy, parece que la infidelidad es inevitable...
–Yo creo que es no. Soy fiel: la fidelidad hace que me sienta bien.

–Todos deseamos a otro. No me diga que no desea a George Clooney, por ejemplo.
–Hombre, pone usted unos ejemplos...Para mí, lo más de lo más era Paul Newman. Me habría desmayado al verle sin poder decir una sola palabra.

–¿Habría sido infiel con Paul?
–No creo que me hubiera dado tiempo. Por el desmayo, ya sabe.

–Y si pecamos, ¿mejor contárselo a la pareja o callarse?
–Yo preferiría que no me lo contara. Yo no lo contaría, porque supondría perder al hombre que quiero.

–Hay que ser infiel, pero nunca desleal, dice García Márquez.
–No entiendo eso de «hay que ser infiel». ¿Es una orden? Para mí, la lealtad está en el mismo saco que la fidelidad.

–«Las hombres engañan más que las mujeres, pero las mujeres engañan mejor», dice Joaquín Sabina.
–Sí, es verdad. Y hasta contamos con la ventaja del orgasmo fingido.

–¿Será verdad que las infidelidades se perdonan pero no se olvidan?
–Verdad absoluta. No se pueden olvidar ni aunque quieras.

–¿No habría que conformarse con ser fiel a uno mismo?
–Eso es más difícil que serle fiel a tu pareja.

–Alguien dijo que sólo hay tres amigos fieles: una esposa anciana, un perro viejo y el dinero contante y sonante.
–Yo añadiría a las madres: ellas son fieles a sus hijos hasta la muerte.

– «Los jóvenes quieren ser fieles y no lo consiguen; los viejos quieren ser infieles y no lo logran» (Oscar Wilde).