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Condenan a 60 años de prisión al «Rambo» de Olot por sus 4 homicidios
Pere Puig deberá abonar 643.855 euros a las familias de los fallecidos
BARCELONA- No hubo sorpresas en una sentencia tan esperada como previsible. En esta ocasión, el juez atendió a la petición de la Fiscalía y aplicó la máxima pena posible. El «Rambo» fue condenado ayer a 60 años de cárcel por los asesinatos de cuatro personas el 15 de diciembre de 2010, dos de ellas empleados en una oficina de Caja Mediterráneo (CAM), a las que disparó con una escopeta de caza.
El juez aplicó una pena de quince años de prisión por cada una de las muertes, las de los constructores Joan y Angel Tubert y de los empleados de CAM Rafael Turró y Anna Pujol sin concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad. La defensa había intentado, sin éxito, alegar que Puig padece algún tipo de trastorno mental, pero los forenses rechazaron esta posibilidad.
Límite de 25 años
Según la sentencia, las penas impuestas tendrán un límite máximo de cumplimiento efectivo conjunto de 25 años, aunque los beneficios penitenciarios, permisos de salida, clasificación de tercer grado y cómputo de tiempo para la libertad provisional se calcularán teniendo en cuenta la totalidad de la pena.
Además, Puig deberá satisfacer las responsabilidades civiles derivadas de los cuatro asesinatos, por las que deberá abonar 643.855,42 euros, así como afrontar el pago de las costas causadas por el juicio. La defensa había admitido los delitos imputados y aceptaba la imposición de una pena de siete años y seis meses por cada uno de ellos.
El jurado popular que enjuició a Puig lo había declarado culpable el pasado 16 de diciembre de este año con un criterio desfavorable a una suspensión de la condena o a la proposición de un indulto total o parcial. Ante este veredicto, la Fiscalía mantuvo su petición, mientras que la defensa solicitó la pena mínima de quince años que contempla la ley por cada asesinato.
La sentencia considera probado que el 15 de diciembre de 2010, Pere Puig acudió sobre las 7.45 horas con un rifle de caza mayor al restaurante La Cuina de l'Anna, en el núcleo de La Canya, próximo a Olot, y que allí disparó contra Joan Tubert y su hijo Àngel, constructores para los que trabajaba. Tras acabar con la vida de ambos, el asesino se dirigió a la oficina de Caja Mediterráneo ubicada en Olot, donde acabó con la vida de dos de sus empleados, Rafael Turró y Anna Pujol.
El jurado no consideró probado que Pere Puig sufriese de alguna alteración psíquica que le impidiese comprender la ilicitud de sus actos y dio por hecho su ánimo de matar a sus cuatro víctimas.
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