Andalucía

Orquestas para el XXI

La Razón
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La Asociación Española de Orquestas Sinfónicas, en colaboración con la Fundación del BBVA, ha convocado esta semana unas jornadas dedicadas a analizar el funcionamiento de las orquestas de cara al siglo XXI. Las áreas fundamentales han sido los programas educativos, las estrategias de marketing, de captación de fondos o su relación con los medios de comunicación. En ellas han participado figuras de peso, como la directora del programa pedagógico de la Filarmónica de Berlín o el polémico autor y locutor Norman Lebrecht.
No cabe duda de que en España hay más orquestas y conciertos que nunca, como tampoco que la gran mayoría de las salas no se llenan, que la juventud no prolifera en ellas y que los dineros públicos son cada día más escasos, como lo demuestra el recorte en un 40% que acaba de experimentar la Consejería de Cultura de Andalucía. También es innegable que la música clásica ha experimentado en España una reducción de presencia en los medios.
Ante estos hechos, que no son sino un reflejo de un mundo convulso y en una evolución que marea, las orquestas se ven obligadas a meditar sobre su adaptación al medio. Afortunadamente España no tiene por qué ser pionera, no precisa inventar mucho, ya que en una aproximación inicial basta con mirar lo que ha sucedido en países que han pasado por ello. Pero esa mirada coloca a los gestores musicales ante un tremendo dilema: han de cambiar su mentalidad. Si no hay fondos, ya no sirve perseguir a las administraciones públicas; si no se sale en prensa, ya no sirve pedir árnica a los directores de los diarios. Las orquestas, como cualquier organización musical, deben replantearse su producto y qué es lo que pueden ofrecer a las administraciones, a los medios de comunicación y al público. Es mucho lo que puede hacerse, aunque el camino exija esfuerzo e imaginación y sólo quienes sean capaces de afrontarlo podrán sobrevivir. Así sucedió en Inglaterra y otros países y así sucederá en el nuestro.